La cuadra 10 del Jirón de la Unión se caracteriza por la variedad de bares y discotecas que la habitan. Sin embargo, entre el bullicio y la fiesta, silenciosos y discretos yacen un elegante pórtico de piedra y un portón de madera. Tras tocar la aldaba de cabeza de león, ingresamos a la Casa Paz Soldán, una de las casonas más antiguas de la capital y que ha abierto sus puertas este mes para acercarnos a Lima antigua.
DE UNA BELLA ÉPOCA
La casona fue construida a mediados del siglo XVII y tiene la típica estructura de casa limeña de la Colonia: zaguán, patios, atrio, cámara y un oratorio, explica Ernesto Gastañeta, gerente del recinto.
Una de las bellezas arquitectónicas es el pórtico de piedra de la entrada que tenía labrado “alabado sea el santísimo” y que era parte de una iglesia de Panamá que colapsó por un terremoto en el siglo XIX.
También destacan sus imponentes columnas de madera de estilo neoclásico, ubicadas en el patio principal. Estas fueron instaladas en remodelaciones en el siglo XIX.
La Casa Paz Soldán fue testigo y lugar de los últimos momentos de Miguel Grau en Lima, antes de embarcarse en el Huáscar y hacia la gloria en el Combate de Angamos. Además, sus habitaciones han sido escenario de actividades culturales de la aristocrática asociación de mujeres Entre Nous y las lujosas fiestas del siglo XX. Varias de estas vivencias se aprecian en fotografías expuestas en sus paredes.
Pese a su gran valor, no todo fue gloria en sus interiores. Especialmente entre las décadas del 70 y 90, la casona fue usada como centro social de una minera y sufrió graves daños: paredes de pan de oro cubiertas de pinturas, el oratorio usado de urinario y la instalación de juegos de sapo en los elegantes salones.
Hoy la Casa Paz Soldán se encuentra en restauración, pero mantiene la belleza de su arquitectura y atesora historias notables de nuestra Lima antigua.
Datos:
- Las visitas a la Casa Paz Soldán se realizarán en todo mayo, previa coordinación a casapazsoldan@gmail.com o al teléfono 977-152263. Ingreso libre.
- Esta casona fue recuperada en 2016 para las actividades de Casacor tras más de 25 años de estar cerrada y olvidada.