Bruno Odar, actor que encontró en la actuación una tabla de salvación. (Foto por Renzo Salazar).
Bruno Odar, actor que encontró en la actuación una tabla de salvación. (Foto por Renzo Salazar).

Jugaba a ser soldado en la guerra, creaba sus efectos especiales, las heridas las confeccionaba con Aseptil Rojo. Pero también le gustaba la música y así fabricó una batería con latas de pintura. Aprendió más de la experiencia que del estudio.

Y hoy asegura que vive sus mejores años. y su esposa Julia Ruiz celebran 20 años de creación de la Asociación Cultural Diez Talentos y 15 años de su Escuela de Formación Actoral. “Yo nací con el talento de ser muy perseverante”, sentencia.

Siente que llegó a este planeta como un soldado sin municiones en medio de la selva. Inseguro y tímido. Pero con lo poco que tuvo, sin experiencia, como un sobreviviente, un guerrero en medio de esa selva, fue marcando su camino, y llegó a su destino: la actuación, el teatro.

Noto que hasta ahora eres medio tímido.
Más que tímido, introvertido. Tengo un mundo más interior que exterior. Hablo un montón conmigo mismo, me gusta mucho leer. En la noche estoy pensando en todo lo que he leído o lo que debo enseñar, o de los personajes. La palabra tímido creo que tiene que ver con el temor y considero que ya no tengo temor.

¿Cómo alguien introvertido logra pararse en un escenario?
Precisamente, un escenario o una cámara son como una ventana que se abre.

Este año te vestiste de mujer para la obra teatral La materia de los sueños y fuiste villano en la telenovela Mi esperanza. ¿Cuánto de femenino y villano hay en ti?
Los actores hacemos papeles que no podemos hacer en la vida real. Los dos personajes tienen mucho de uno. Obviamente, yo no me comporto como se comporta César (villano); al contrario, rechazo los comportamientos machistas.

Pero algo (o mucho) de machistas tenemos.
Toda la sociedad tiene bastantes rasgos machistas. En el actor, los personajes que surgen son parte de lo que hay en su ADN, en la memoria, que no quiere decir que uno sea así, sino que están ahí. Se van exorcizando esas conductas.

¿Y lo femenino cómo se manifiesta?
Creo que puede habitar en el inconsciente.

¿Actuar también llega a ser como una terapia?
Si eres consciente, sí. Yo sí lo tomo como una terapia que va en paralelo con mi vida. Es más enriquecedor llevarlo por ahí, que solo ir recibiendo aplausos. En este momento de mi vida, cuando vienen los personajes simplemente me relajo.

¿Y antes cómo eras?
Trataba de ser otra persona, de buscar fuera de mí al personaje. El trabajo de la actuación es muy seductor en el sentido de jugar con la otra persona a que es verdad. Es jugar con el filo.

¿El personaje puede llegar a transformar al actor?
En mi caso no. Lo que sí me pasa es que me ayuda a entender un poco más la vida, que es por la búsqueda constante de mi propio ser. Desde que me casé, con mi esposa estamos en una constante búsqueda de nosotros mismos. Los personajes te ayudan a aceptar tu sombra. Soy muy curioso cuando hago un personaje. Un actor no solo se para frente a una cámara o en un escenario y el público te aplaude, sino que en realidad es un trabajo que me ayuda a conocerme a mí mismo un poco mejor.

Bruno Odar
Bruno Odar

Con tu esposa tienen 20 años con la asociación cultural y 15 con la escuela de actores. ¿Cuál es la clave para salir adelante?
Nosotros nos casamos hace 20 años. El nacimiento de la asociación está en paralelo con nuestro matrimonio y nuestra familia. Más que dejarnos llevar por el enamoramiento de estrellitas y pajaritos, queríamos formar un matrimonio y una familia. Nos hemos casado sobre los 30 años y queríamos hacer una nueva vida.

Pero las estrellitas y pajaritos siempre tienen que estar, ¿no?
Claro que sí, pero vinieron acompañados de proyectos. Nos enamoramos porque teníamos los mismos ideales, que no solo era formar un familia sino crecer juntos. Es la clave. Es difícil trabajar juntos, pero también nos damos nuestros espacios. Trabajar por nosotros y por los demás es parte de nuestro amor. Eso nos une.

Ustedes que trabajan con el talento, ¿cómo lo definen?
El talento es como una moneda, que tienes que invertir y hacer crecer. Hacer un buen negocio en la vida. No hay que temer a invertir en el talento. Hay que mostrarlo. Nacemos con talentos.

¿Cómo encontramos nuestros talentos?
Todo lo que te digo parece muy fácil, pero he atravesado etapas muy duras para llegar a dar esta entrevista.

¿Hubo muchas resistencias cuando apostaste por la actuación?
Claro, muchas. Empezando por mi personalidad. Era una persona muy insegura, tímida, sin saber que era un soldado fuerte.

¿La actuación te salvó?
Sí. Agradezco que el teatro y la actuación hayan llegado temprano, a los 16 años. Fue el primer hito para decir: qué paja, ya no me siento temeroso, siento que tengo poder en las manos.

¿En el colegio la pasaste mal?
También fui un soldado. No la pasé mal, pero aprendí a defenderme. Estaba en un colegio nacional y había mucho bullying. Nunca me gustó el colegio, pero me hizo fuerte, me dio calle. Me defendí del bullying, pero no mucho con los puños sino con lo que más adelante sería la actuación. Soy de quemar etapas.

¿Y hoy en qué etapa estás?
Renovado. Creo que los 53 años están siendo uno de los años más felices de mi vida. Siento que por fin empiezo a estabilizarme. Mi segundo hito fue mi esposa. Cuando llegó el teatro, dije: de aquí nadie me mueve. Y con mi esposa, lo mismo (risas). Mis objetivos más grandes han sido encontrarme y formar una familia.

AUTOFICHA:

“Nací en Lince. Estudié en el Bartolomé Herrera, gran unidad escolar. De ahí estudié Teatro en la Católica, luego francés y todo lo demás ha sido como autodidacta. Después he estudiado un poco de canto, danza, malabarismo, todo lo que tenga que ver con la actuación. Tengo 37 años en la actuación”.

“He hecho un montón de teatro. Deben ser unas 80 obras. En televisión debo haber hecho unas siete novelas y en cine mi único personaje protagónico ha sido en Octubre, los demás, secundarios. En TV mi primer gran papel fue con Los de arriba y los de abajo”.

“He hecho unas cinco miniseries. Dejé la televisión y volví con Al fondo hay sitio. Para 2019 estaré como director de teatro. Hay la posibilidad de protagonizar una película en Chile, que sería a mitad de año. Seguiremos con la saga Cuéntame Shakespeare, que son adaptaciones para toda la familia”.

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