La autora de 'El hijo que perdí', señala que las fechas importantes, como el día de la madre, la aterran (Rafael Cornejo/Perú21).
La autora de 'El hijo que perdí', señala que las fechas importantes, como el día de la madre, la aterran (Rafael Cornejo/Perú21).

Ana Izquierdo Vásquez (Moyobamba, 1951) perdió a su hijo Renzo hace más de cuatro años. Desde entonces, ella es otra persona.

Como afirma, no volteó la página sino conservó la memoria. Se enfrentó a la muerte, a la pérdida y al dolor. Experimentó todas las emociones. Y se rebeló a lo que considera la peor de las tragedias.

Mientras hace sus tareas cotidianas, puede sonar “Come back” o “Light years” de Pearl Jam, que era el grupo favorito de Renzo. Algunas canciones las canta. Ya no son ese “ruido” que ella percibía la primera vez que las escuchó cuando él las ponía a todo volumen.

A través de esas melodías, Ana se comunica con Renzo, se acerca a él. Pero también con la palabra escrita. Lo que empezó como un deseo de publicar un blog anónimo, se concretó –en 2016– a través de una columna con nombre propio en la revista Viú! y, finalmente, en la publicación de su primer libro, 'El hijo que perdí' (Animal de Invierno, 2018), de reciente lanzamiento. Obra que reúne 20 desgarradores y valientes relatos, donde la autora lo cuenta todo, lo más íntimo de sus sentimientos. Como escribe, “una disección emocional”

“El libro trata de explorar el sufrimiento, el dolor para comprender exactamente qué estaba pasando. En cierta manera, he logrado mi objetivo: sentirme mejor”, afirma Ana con voz serena, desde la sala de su casa, iluminada por varios retratos de Renzo, y bajo la atenta mirada de sus otros dos hijos.

DOS MADRES A LA VEZ
Las fechas importantes la aterran, como el Día de la Madre. Llega nerviosa, ida. En el libro sentencia que en ella habitan dos madres: una para sus hijos vivos y otra para Renzo. Entonces, le preguntamos ¿qué es ser madre? “Con su muerte sentí que dejaba de ser un poco madre. Al no estar Renzo es como que algo me falta. Siempre habrá una silla vacía”, nos responde.

Sin embargo, subraya que a la tristeza no se le puede ver como una enfermedad. “El dolor por la muerte de un hijo nunca termina. Hay un lento alivio. Se aprende a sobrellevar la pérdida”, añade.

HILO TRÁGICO
Pero Ana Izquierdo, antes de batallar con la muerte de Renzo, lo acompañó en la depresión que él sufría. En el transcurso de su vida, ella se ha ido preparando para el dolor más grande. Perdió a su mamá que enfermó de cáncer, a su hermano en un accidente automovilístico, a otro hermano en una circunstancia dura: murió en un hotel, solo, de un infarto. Y luego la muerte de su papá, con quien vivía. Y Ana, desde hace más de dos décadas, lucha contra el cáncer, que se le ha recrudecido en el último año.

Todo como un hilo trágico que atraviesa el destino de su familia. ¿De dónde sale la fibra para afrontar tanto? “No creo que sea un acto de valentía, sino más bien un impulso para sobrevivir, porque si no lo hago, mi cerebro va a explotar”, sentencia.

VOLVER A EMPEZAR
Sin ánimo de convertirse en un libro de autoayuda, 'El hijo que perdí' –además de ser parte de la vasta geografía de la no ficción– profundiza en conceptos como la muerte, el duelo y la pena. Y los saca de los lugares comunes en los que la sociedad los suele encasillar, más allá de los diagnósticos psicológicos o de las fórmulas para superar un problema. ¿Por qué no hablar de la muerte? Si hacerlo y entenderla le da sentido a la vida. Esta obra nos recuerda que pese a la edad y la tragedia, uno puede volver a empezar, como escribir un libro.

Si en este momento Renzo tocara la puerta de su casa, ¿qué le diría? “Le preguntaría si sabe de mi dolor, de que lo he llorado tanto… Y le preguntaría qué hay del otro lado (risas)”. Así nos despide Ana, con una hermosa sonrisa en su rostro.

Dato: 
​En 'El hijo que perdí' mantiene algunos textos publicados en Viú! y, en otros casos, los ha reescrito, además de incluir revelaciones, hechos de mayor privacidad.

'El hijo que perdí' (Animal de invierno).
'El hijo que perdí' (Animal de invierno).