Al viajar a Europa, entre 1919 y 1923, José Carlos Mariátegui visitó la Bienal de Venecia, la Casa de Arte Bragaglia en Roma y la galería Der Sturm en Berlín, donde pudo apreciar un amplio registro de las expresiones más radicales del arte contemporáneo. Eso lo impulsó a fundar a su vuelta, tras algunas vicisitudes, la revista Amauta en 1926, uno de los motores del vanguardismo peruano, y cuyo universo es reconstruido en la exposición Redes de vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930 del MALI.

Mariátegui fue uno de los latinoamericanos que más arte contemporáneo había visto en Europa, nos cuenta Natalia Majluf, una de las curadoras de la muestra. Ello le permitió tomarle el pulso a las vanguardias de este lado del mundo y hacer de Amauta su caja de resonancias. En ellas identificó un espíritu de ruptura, sin nostalgias, abierto al futuro. Así, por aquellas páginas desfilarían nuevas ideas en política, creación literaria y plástica.

Y fue probablemente la revista más influyente de América Latina en el siglo XX, sostiene Majluf. Primero, por su impacto internacional. Pocas revistas circularon tan ampliamente como Amauta. Segundo, porque se concebía como una propuesta regional, pero se enmarcaba en un contexto cosmopolita. Muchos se identificaron con esa visión.

Todo ello fue posible gracias a una extensa red de corresponsales, entre los cuales fue determinante la red de exilados apristas. “Pero hay que decir que el propio carisma intelectual de Mariátegui lo convirtió pronto en una referencia regional, que atrajo colaboraciones de distintas capitales de la región”, apunta la curadora.

Es la primera muestra amplia sobre las vanguardias latinoamericanas de los años 20 que se haya presentado en Perú y abarca, a través de más de 200 obras, desde pintura, dibujo, escultura y fotografía, hasta piezas de arte popular y documentación. Presenta el trabajo de artistas incluidos en la revista o de aquellos cuyas ideas influyeron en los debates que registraron sus páginas. Resaltan el mexicano Diego Rivera, los argentinos Emilio Pettoruti y Norah Borges, la italiana Tina Modotti, el francés Jean Charlot y los peruanos Camilo Blas, Martín Chambi, Julia Codesido, César Moro y José Sabogal.

OTRAS REVOLUCIONES
Siendo más un foro de debate que una revista, Amauta nació claramente comprometida con el indigenismo, movimiento cultural y político que colocó la problemática del indio en el centro del debate sobre la nación peruana. El autor de los Siete ensayos... Mariátegui consideraba al indigenismo “un estado de conciencia del Perú nuevo”. Un buen tramo de la exhibición se concentra en trabajos de esta corriente.

Además, como parte de su visión abierta y comprometida, Amauta abrió sus páginas a mujeres pioneras como las pintoras Teresa Carvallo y Julia Codesido, la escultora Carmen Saco y las escritoras Blanca Luz Brum y Magda Portal. “El feminismo, como idea pura, es esencialmente revolucionario”, había escrito Mariátegui en 1924. En la exposición se exhiben algunas obras de estas artistas.

“Vendedora de pinole” (1924) de Diego Rive-ra y “América Latina (Víctor Raúl Haya de la Torre)” (ca. 1925-1928) de Gabriel Fernández Ledesma.
“Vendedora de pinole” (1924) de Diego Rive-ra y “América Latina (Víctor Raúl Haya de la Torre)” (ca. 1925-1928) de Gabriel Fernández Ledesma.

La muestra permite apreciar la magnitud de un proyecto cuya pluralidad resulta notablemente vigente. Majluf destaca que esa mirada plural le permitía a Mariátegui abarcar proyectos tan distintos como el indigenismo de Sabogal o la poesía de Martín Adán y José María Eguren. Igualmente, dicha apertura, agrega, hizo que si bien Amauta fue el órgano de un proyecto político, eso no implicó nunca una posición dogmática.

Un proyecto único que incluso llevó a que, poco antes de morir, Mariátegui –ya convertido en uno de los animadores culturales más importantes de su época– tomara la decisión de abandonar la presidencia del Partido Socialista para dedicarse a la publicación y promoción de la revista desde Buenos Aires. Sin embargo, su frágil salud hizo que la muerte se adelantara a esos planes.

Con todo ello, la exposición propone un valioso registro visual, literario e ideológico y un panorama amplio de la plástica peruana de los años 20 en diálogo con sus pares regionales. Más aún, muestra el legado imprescindible de una escena limeña propia y de buen semblante, que se formó a partir del intercambio con artistas e intelectuales de todo el mundo. “Esa escena quedó en el olvido. Hoy es posible ver que esa generación fue fundamental, que quizás nunca hayamos sido más modernos o más cosmopolitas”, anota Majluf.

DATOS

-Redes de vanguardia: Amauta y América Latina, 1926-1930 es curada por Beverly Adams y Natalia Majluf. Habrá una visita guiada hoy, a las 6 p.m. Salas 1 y 2 del MALI.

-También se exhibirá en el Museo del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México y en el Blanton Museum of Art, en Austin (Estados Unidos).

-La muestra se exhibe hasta el 22 de setiembre en el MALI (Paseo Colón 125, Parque de la Exposición, Centro de Lima). Entrada a S/5.

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