El 2023 fue un año difícil, cargado por situaciones que uno no ve venir, cuando tienes planes de vida y de pronto cambia por completo. Pero nuevamente, hay que abordarlo desde el agradecimiento. En 2023 me sentí presionada de cara a un matrimonio, había mucha expectativa y de pronto tener que comunicar (que no se iba a dar). Construir la templanza fue un camino, que me hizo colocar todas mis emociones al frente, sentir el dolor y poder abrazarlas. Fue duro y bonito, porque me hizo encontrar una versión de mí que no conocía.