Alejandro Susti, profesor, escritor, investigador y músico. (Fotos: Mario Zapata).
Alejandro Susti, profesor, escritor, investigador y músico. (Fotos: Mario Zapata).

Empezó escribiendo letras de canciones. Luego vino la poesía. Se pasó cinco años descartando poemas. Necesitaba algo distinto, entonces escribió poemas en prosa, donde incluyó elementos narrativos. El paso siguiente fueron los microcuentos. Un desplazamiento lento y cauteloso hacia la narrativa. Y todo para llegar a ‘La otra orilla’, de relatos que ganó el X Concurso Nacional de Cuento Premio José Watanabe Varas 2018 y que será publicado este año.

Alejandro Susti no solo escribe, también es la voz del grupo de rock progresivo Actitud Modulada, que el año pasado publicó su aplaudido primer disco y que este 2019 se alista para editar la segunda producción. Además es profesor universitario y prolífico investigador. Pero detrás de la figura creativa y académica, hay una deliciosa y nutrida historia familiar.

Su padre era chileno y seguidor de Pinochet. Su madre es bisnieta de un militar que peleó en la Batalla de Miraflores. Susti es hijo del hombre que trataba de imponerse y la mujer callada, pero también del padre que le gustaban las armas y la madre talentosa para el arte. Es hijo de la historia de dos países enfrentados. Es hijo del triunfo y la derrota. También una suerte de sobreviviente de una familia afectada por la enfermedad. Pero, sobre todo, es alguien que construye su propia historia, con bases sólidas.

Con abuelos italianos y padre chileno, ¿en qué circunstancias naces en el Perú?
Con mi padre no tuve una relación muy amical, fue distante, una especie de silencio entre los dos difícil de romper.

¿Por qué?
Cuando yo era adolescente él tenía una posición política muy cerrada. Se dio el golpe de Pinochet y lo celebró. Lo que pasa es que estudié en el colegio Franco Peruano y muchos de mis compañeros eran hijos de intelectuales. Había gente con una mentalidad más progresista.

¿En ese momento ya había cierta distancia entre ustedes?
Mi padre chileno y yo peruano, en la hora del almuerzo nos poníamos a discutir sobre la guerra. A él le gustaba mucho la historia. Y empecé a la leer ‘La historia de la República’ de Basadre para tener argumentos para discutir con él. Recuerdo también los partidos de fútbol entre Perú y Chile.

Ese es otro campo de batalla.
En un momento dado ya no podíamos seguir viendo los partidos delante del televisor. Mi viejo decía que Allende se había suicidado y siempre colocaba a los peruanos del lado de los débiles. Eso me molestaba.

¿Y qué le respondías?
Él tenía la versión chilena de la historia. Migró acá porque su padre murió. Tenía un hermano mayor, que se llamó Juan, quien era el hermano exitoso de la familia. (Hace una pausa). Todo esto tiene que ver con los cuentos que he escrito en ‘La otra orilla’. Juan se fue a Milán y tuvo que enrolarse en las Camisas Negras, de la gente de Mussolini. Chile rompió relaciones con Italia. Era chileno y tuvo que dejar Italia. Se subió a un barco en Portugal. Llegó al Perú, se casó con una peruana y fue abriéndose camino en Lima, y jaló a mi padre.

La influencia de su hermano debe haber sido vital para esta visión dura de tu padre.
Sí. Mi padre era un tipo al que le gustaban mucho las armas.

¿Qué heredaste de tu padre?
Su gusto por la música, aunque no por la música que él escuchaba. Mi padre esperaba que fuéramos como él. Si me dejaba el pelo largo era toda una discusión. En mi adolescencia eso fue decisivo. Era medio americanizado, jugaba golf, que me parece un deporte absolutamente burgués. Me decía que juegue golf, pero yo nunca lo hice. Me dijo que estudie abogacía o administración. Nunca transé. En el fondo nos legó el interés por la historia, la música y la literatura, pero cuando pensaba que podía ocuparme de cualquiera de esas cosas, me decía que me iba a morir de hambre. El miedo estaba en su cabeza. Quizá lo que yo hago es lo que él no pudo hacer. Mi padre sufrió muchas derrotas y fracasos. Yo al ver eso, he buscado lo opuesto, donde él veía el fracaso.

Te has construido en oposición a tu padre.
Por el lado del fútbol, de la historia, de la música.

¿Y él qué estudió?
No estudió nada. Por eso se vino al Perú. No terminó nada. Cuando llegó acá trabajó en las construcciones del tío Juan. Y luego se dedicó al comercio.

Susti es la voz del grupo de rock progresivo Actitud Modulada.
Susti es la voz del grupo de rock progresivo Actitud Modulada.

Entonces, la música fue lo primero.
Sí, porque en el colegio todavía no leía mucho. Los discos eran como puertas de ingreso a otro mundo. En el viaje de promoción a Buenos Aires me traje más de 20 vinilos. Al regresar, mi madre me preguntó qué ropa me había comprado (risas).

¿Y cómo era la relación de tu madre con tu padre?
Ella era silenciosa. Tampoco había estudiado. Mi bisabuelo fue José Gonzales, quien murió en la Batalla de Miraflores.

Qué simbólica la relación de tus padres. Ella callada, tal vez con el silencio de la derrota. Y tu padre imponente, quizá con la voz del triunfo.
He reconstruido todo eso con el paso de los años. He ido armando el rompecabezas.

¿Tu padre mantuvo sus convicciones o cedió?
Se hizo quizá más tolerante. En un cuento, ‘Pabellón I’, me refiero al Larco Herrera. Mi hermano menor, a partir de los 23 años, empezó a sufrir de esquizofrenia y tuvimos que internarlo en ese hospital. Eso impactó en mi padre. Mi madre también sufre ese mal. Me fui del Perú en el 91 y mi padre tuvo que cargar con la enfermedad de ambos.

Eres una suerte de sobreviviente de tu familia.
‘La otra orilla’ es un poco el testimonio de todas estas cosas por las que he tenido que atravesar. Dolorosas y felices. Es una reconstrucción familiar. Pero todos somos sobrevivientes de algún evento traumático.

En medio de esta historia familiar, ¿qué papel han jugado la música y la literatura?
La creatividad me permitió no verme afectado por todo lo que me rodeaba. La creatividad ha sido como un peñasco al que me he aferrado, una isla desde donde he contemplado el resto del mundo. No soy una persona muy sociable. Soy una persona que le gusta vivir en una cáscara.

Y desde la canción te has acercado cautelosamente a la narrativa.
Las cosas no salen de porrazo, a no ser que seas un Mozart. Hay todo un aprendizaje. Tienes que aprender a contar historias. Con los cuentos de ‘La otra orilla’ en un momento me cuestionaba si eran cuentos o no lo. Los cuentistas siempre dicen que tiene que haber un evento significativo, algo que transforme a un personaje. Me preguntaba si esos textos cumplían con ello. Presenté el libro al concurso los últimos días de octubre y luego seguí revisando los cuentos y hallé cosas. Entonces, decía: ¡no, esto está hasta las huevas! Me empecé a decir que ojalá este libro no lo premien.

¿Te pasa lo mismo con las canciones?
Cuando compongo una canción lo hago por etapas también. A nadie le sale bien a la primera, ni a Vargas Llosa. Es trabajo y trabajo, e inspiración.

"No le damos importancia a nuestros escritores e intelectuales", cuestiona Susti.
"No le damos importancia a nuestros escritores e intelectuales", cuestiona Susti.

En tu obra también escribes sobres otras figuras. Desde Eva Perón hasta Sebastián Salazar Bondy. ¿Es una forma de ensayar tu escritura o, más bien, un interés por dar voz a alguien que sientes que no la ha tenido?
Claro, darle voz a quien ya no está. Me gusta lo antiguo. Me interesa hacer una especie de arqueología, reconstruir el escenario. Es importantísimo, porque eso nos hace finalmente seres humanos. Uno es producto del pasado y ahí hay secretos, que son puertas. Desenterrando el pasado entiendo quién soy y quiénes serán mis hijos.

De ‘Lima la horrible’ dices que es el libro más conocido de Salazar Bondy, pero al mismo tiempo que es el peor conocido.
Es un libro muy mal leído. No hay una cultura humanística muy fuerte en el Perú. No le damos importancia a nuestros escritores e intelectuales. Todos hablan de César Vallejo, pero cuánto saben de él. De Mario Vargas Llosa solo se sabe que está vinculado al jet set español o que es el candidato eterno. Los chicos no leen ‘Los ríos profundos’.

Los escritos de Salazar Bondy no han perdido vigencia.
Él tenía un artículo titulado ‘Los criminales del tránsito’, sobre cómo manejan los limeños. Estamos hablando de comienzos de los años 60. Además, reclamaba sobre el deterioro del patrimonio histórico y la necesidad de tener parques públicos. Todo lo que hizo como periodista lo preparó para escribir ‘Lima la horrible’.

¿Cómo describirías a la Lima que conoces?
Caótica, un poco abandonada, mal dirigida, que va a la deriva. Espero que este alcalde haga algo distinto. Tenemos transporte público de hace 40 años.

¿Cómo te describirías a ti?
Soy una especie de migrante, lo que es una experiencia muy rica. Estuve en EE.UU. y tuve que adaptarme. Una época hasta repartí pizzas durante un año, porque en un momento dado tenía dos dólares en el cajero y ya tenía familia.

Eres músico, poeta, narrador, investigador, profesor. ¿Es vocación o necesidad de saberlo todo?
He desarrollado todas esas facetas conforme me he ido dando cuenta de que el tiempo es cada vez más corto. Cuando cumplí 30 años, me podía tomar la libertad de haber hecho nada o muy poco. Pero empecé a darme cuenta de que necesitaba construir, levantar algo así como un edificio, que debía confiar en mis capacidades. Uno tiene que salir, navegar, recorrer territorios, tiempos si quieres ser realmente alguien distinto.

AUTOFICHA:
“Soy Alejandro Susti Gonzales. Nací en Miraflores, en el 59. Estudié en el colegio Franco Peruano, entré a la universidad Católica, donde terminé Literatura. Enseñé en un colegio y me fui a EE.UU. en el año 91. Volví en el 99. Mi segunda esposa, con quien estoy actualmente, fue mi primera enamorada y es la hija de Sebastián Salazar Bondy”.

“Como músico solista tengo siete discos. He publicado seis libros de poesía. Con 'La otra orilla serán tres libros de relatos'. Soy autor de 'Todo esto es mi país. La obra de Sebastián Salazar Bondy' (2018). Mi tesis doctoral fue sobre Eva Perón. Tengo un estudio sobre la literatura fantástica en el Perú, el cuento peruano moderno, coautor de 'Extrañas criaturas. Antología del microrrelato peruano moderno' (Universidad de Lima, 2018), entre otras publicaciones”.

“Hace unos días he terminado un cuento basado en mi madre, de ella casi no he escrito nada. Este año sale la publicación de 'La otra orilla' y también el segundo disco de Actitud Modulada. Por lo pronto, el solista musical está guardado, porque estoy componiendo para la banda, que es otra experiencia”.