Alberto Barrera Tyszka también estuvo en la Feria Internacional del Libro de Lima. (Geraldo Caso)
Alberto Barrera Tyszka también estuvo en la Feria Internacional del Libro de Lima. (Geraldo Caso)

Su pasaporte marca dos visitas al Perú en este año. A mitad de 2017, estuvo en la Feria Internacional del Libro de Lima y el último fin de semana se presentó en el . Fue parte de la izquierda , pero la antimilitarista, la que nunca entró en relación con  (1954-2013). Hoy, como ayer, mira críticamente el momento que atraviesa su país. Narrador, poeta y guionista, el venezolano Alberto Barrera Tyszka, de 57 años, conversó con este diario.

Radica en México. ¿En qué circunstancias dejó Venezuela?
Inicialmente, viajé a México en 1995 por un asunto de trabajo. Pasé ahí como siete años. Volví a Caracas en 2002 y estuve hasta 2014, que me quedé sin trabajo. Entonces, regresé a México. Además, a partir de ahí el gobierno de Maduro se ha endurecido, se ha militarizado más.

Sin embargo, al otro lado de la vereda, la oposición luce fragmentada.
Es cierto, la oposición no es una unidad partidista. Tenemos una cantidad de partidos con diferentes tendencias, intereses e incluso ideologías. Del otro lado, sí tienes una estructura militar, casi religiosa, apoyada en el Estado.

¿Qué momento histórico atraviesa el chavismo?
Después de la muerte de Chávez, como movimiento político el chavismo ha vivido un proceso muy vertiginoso de desideologización. La izquierda o la revolución en Venezuela es una ficción narrativa, una fantasía. Hay grupos de poder que son una corporación, una mafia dedicada a una cantidad de negocios que los están defendiendo. Negocios que tienen que ver desde el Estado, con todo lo que significa el petróleo, hasta el narcotráfico. Se ha perdido el debate ideológico.

En su novela ‘Patria o muerte’ narra el último tiempo de Hugo Chávez.
Es una novela que comienza el día que Chávez anuncia que tiene cáncer y termina el día que se muere. No es una obra sobre él sino acerca del país y una cantidad de historias de venezolanos, chavistas y antichavistas. La enfermedad de Chávez es el telón de fondo.

Usted tiene otro libro en torno al ex presidente, que se llama ‘Hugo Chávez sin uniforme’, que lo escribe con Cristina Marcano. ¿Por qué está Chávez en su obra?
En este caso se trata de una biografía, una obra de periodista. El primer intento de hacer una hoja de vida de Hugo Chávez. Fue un personaje que irrumpió en la historia venezolana, que supo capitalizar el ansia de cambio que teníamos, el hartazgo hacia una élite que no sabía leer la realidad. Chávez en su discurso dijo cosas muy ciertas. Además, creo que hizo cosas importantes por Venezuela. Tarde o temprano alguien iba a estallar. Es un personaje que ha sido muy determinante en las dos últimas décadas.

Para Venezuela y Latinoamérica.
Creo que para los venezolanos mucho más. Para América Latina fue un mito en construcción. Él quería ser legendario, siempre soñó con estar en el cielo del Che Guevara, Fidel Castro… El gran problema es que no tenía una historia que respaldara eso. Chávez no tumbó a un dictador, no bajó de la Sierra Maestra, no fue guerrillero sino un soldado que ganó las elecciones en un país petrolero. Le dio una patada al tablero y cambió las reglas de juego.

¿En Venezuela, efectivamente, hay una mayoría que quiere el cambio?
La polarización política que dominó Venezuela durante muchos años empezó a diluirse a partir de 2014 con la crisis económica. La gente no piensa en un debate ideológico sino en cómo comer, en cómo conseguir medicinas y harina. El chavismo se parece cada vez más a lo peor de nuestro pasado en términos de corrupción, ineficacia, represión y censura.