Luego de besar el éxito al ganar en los Premios MTV y ser nominados a los Grammy Latino, llegó el fin. Han pasado más de 14 años y Ádammo regresa para decir adiós.
¿Es realmente la última vez? “Creería que sí, porque Renzo regresa a Miami, Nicholás vuelve a Washington y Diego tiene una agencia de marketing que le va superbién”, me dice Ezio Oliva, quien tiene una carrera solista en ascenso entre Perú y España. “Tenemos vidas paralelas, universos distintos”, agrega.
Pero este regreso también es la historia de una reconciliación. Ezio y Diego Ubierna se enemistaron, lo que fue el tiro de gracia para el final de la banda. Oliva explica que la dinámica del grupo en ese momento ya era “tóxica” y Nicholás Cáceres había decidido irse a Estados Unidos, donde es arquitecto y tiene una constructora exitosa.
Un día, hace unos nueve meses, Ezio le escribió a Diego. La respuesta fue “‘vamos a almorzar”. Y así nació una interrogante: ¿y qué pasa si…? La siguiente respuesta es el próximo concierto que darán el 31 de mayo, en Arena 1: Ádammo, la última vez.
Les pregunto por qué creen que pegó el grupo. “No estábamos tratando de copiar a nadie”, me dice Renzo Bravo, quien hoy es productor musical y entre otros artistas trabaja con la mexicana Thalía.
El mito de la banda de rock
Pero alrededor de Ádammo se creó un mito: que nacieron de un casting, con disquera y empresarios detrás. “Ese mito es lo más alejado de la realidad”, dice Ezio y detalla que los primeros pasos del grupo fueron participar en un concurso de la radio Studio 92 con más de 1,000 bandas, certamen que ganaron. Iban a la fila de las discotecas y repartían afiches para que voten por ellos. Para producir el hit “Sin miedo”, vendieron todo lo que pudieron y se prestaron dinero.
El cantante sentencia: “No éramos los más guapos ni los más creativos. Éramos una banda muy trabajadora. Éramos muy aplicados, muy honestos y tuvimos mucha suerte”.
