La ingeniera ambiental es la primera peruana en ser elegida senadora de Canadá. (Perú21)
La ingeniera ambiental es la primera peruana en ser elegida senadora de Canadá. (Perú21)

¿Qué tienen en común Quebec y Chota? A la doctora Rosa Gálvez. Ella es ingeniera peruana y es la primera latinoamericana en ser elegida senadora de Canadá. Desde su casa en la ciudad canadiense puede ver el río San Lorenzo y los bosques. Desde el hogar de sus abuelos, en Cajamarca, también logró contemplar riachuelos y lagunas. La naturaleza ha trazado su camino en la vida. Preocupada por temas ambientales, estudió Ingeniería Ambiental en el país de Justin Trudeau y hoy es un referente. Precisamente, llegó a Lima para la sexta edición de la feria científica Perú con Ciencia, del Concytec. Aunque ella afirma que ha tenido suerte en la vida, subraya que cuando el tren va a pasar, uno debe estar listo para subir.

¿Por qué dejó el Perú hace 30 años?
Por amor. Estaba escribiéndome con un amigo por correspondencia. Lo hacía desde los 13 años. Y hoy es mi ex esposo y padre de mis tres hijos. Nos hemos escrito durante ocho años antes de que él viniera. Estuve casada 20 años. Él es mitad francés y mitad escocés. Aún conservamos las cartas que nos escribíamos. Cuando me fui, ya había acabado Ingeniería Sanitaria en la UNI.

En ese tiempo no sería fácil elegir Ingeniería Sanitaria. ¿Por qué lo hizo?
En ese tiempo no había mujeres en Ingeniería y casi le da un ataque a mi papá cuando se lo dije. Él me veía como profesora de Matemática en escuela primaria. Él era profesor de Matemática en San Marcos y mi mamá había estudiado Contabilidad. Pero recuerdo que yo estaba preocupada por los problemas de polución.

¿De dónde llega esa sensibilidad por la naturaleza?
Yo pienso que viene porque visitaba mucho a mis abuelos en Cajamarca, en Chota. Los veía cómo tenían que sacar agua de los pozos que ellos mismos habían excavado, cómo tenían letrinas secas, que no había ni agua ni luz. Además, mi papá siempre nos compró libros. Creía que nosotros podíamos autoeducarnos. Entre esos libros, había textos sobre la polución, evolución, biodiversidad. Eso, las matemáticas y las ganas de hacer algo socialmente, me llevaron a este camino.

¿Cómo la recibió Canadá?
Con frío, que llega a menos 30. Es algo que nosotros no podemos imaginar. Es increíble, es otro planeta. La gente piensa que el infierno es caliente, pero también podría ser muy frío (risas). Pero uno se acostumbra. Lo más importante es estar contento consigo mismo, tener agua limpia, aire limpio y suelo donde cultivar.

¿Por contradictorio que parezca, buscamos alejarnos de la naturaleza?
Hay un desarrollo tecnológico que es positivo y nos lleva a conectarnos entre nosotros, pero hay otro lado que es negativo, que nos vuelve muy sedentarios, que nos aísla, que nos hace pensar que, porque estamos conectados, estamos informados. Los doctores están recomendando paseos por el campo a gente que sufre de depresión, a ancianos que se aíslan; se está recomendando dormir y más ejercicio.

¿Cómo llega a ser senadora en Canadá?
El gobierno decidió que el Senado tenía que ser modernizado, porque había muchos escándalos. En Quebec hace tres años hubo una gran comisión por corrupción en construcción. Entonces, se anunció que iba a nominarse a candidatos a senadores por mérito, ya no por causa política. Un comité independiente estudió los perfiles, experiencia y méritos. Para mi provincia, había seis puestos y después me enteré de que hubo 4 mil candidatos. Los senadores son nominados y los diputados sí son elegidos por la ciudadanía. Me presenté porque ya había llegado a un punto en mi carrera de investigadora y universitaria en que había visto todas las etapas. Reconocida profesora, investigadora y administradora universitaria. Y apareció esta oportunidad. Muchos piensan que lo importante es el objetivo y se olvidan de que el camino al objetivo es verdaderamente lo más interesante.

Nuestras agendas están plagadas de objetivos.
No disfrutamos el camino porque siempre estamos viviendo en objetivos del mañana o en 10 años. El planeta es para explorarlo.

¿Cómo estamos tratando al planeta?
La mitad de las materias naturales que extraemos se vuelven desechos, lo que indica que falta eficacia en todos los procesos. La manera como vivimos es ineficaz.

¿Qué debemos cambiar en nuestra vida diaria?
Consumir menos. Nos llenan mucho la cabeza de que tenemos necesidades excesivas de higiene, de alimentos. Por ejemplo, se oferta comida hecha, rápida, que no es de calidad y a toda hora. Además, ¿necesitamos 50 vestidos?

Y aún se duda de que existe el cambio climático.
Los glaciares en el Perú están desapareciendo. ¿De dónde se va a sacar agua cuando ya no haya más glaciares? Ojalá que quede agua subterránea, se tendrá que pensar en reservorios para cuando llueva. Desalinizar sigue siendo muy caro. Aunque nunca ha habido tanta riqueza en el planeta como ahora, pero hay muchos ricos y muchos pobres. Hay personas que niegan el cambio climático porque es evidente que tienen lucro y beneficio. Hay otra categoría de personas que son amorfas: no quieren educarse, pero son profesionales, tienen desidia. Y la gran parte de las personas son las que tienen miedo, y el miedo paraliza.

¿Cómo ve al Perú desde Canadá, a la distancia?
En muchas cosas se ha evolucionado bastante. El Perú ya no es más aquel pobre sentado en un banco de oro.

¿Quién está sentado en ese banco ahora?
Una persona que no tiene una venda en los ojos, que es muy consciente de su riqueza cultural y natural. Aunque todavía parece tener algún handicap, ya no es más el pobrecito en el banco de oro y eso es un paso hacia adelante. Hay que seguir creando consciencia.

AUTOFICHA
- “Nací en Lima, el 21 de junio de 1961. Estudié en colegios católicos: Nuestra Señora de Guadalupe y Reina de las Américas. Vengo de La Victoria, pero del lado de mi papá y mi mamá siempre regresamos a Cajamarca, especialmente a Chota. Estoy en Canadá desde el 85. Vivo en la ciudad de Quebec”.

- “Estudié en la UNI Ingeniería Sanitaria, luego en Montreal entré a la Universidad McGill, que es una de las mejores universidades, donde seguí Ingeniería Ambiental, que es parte del departamento de Ingeniería Civil. Luego he sido profesora de la Universidad Laval”.

​- “En Canadá siempre cocino comida del Perú, porque mis abuelas me enseñaron, desde tamales hasta cebiche. La única manera de que nuestra cultura sobreviva es cuando pasamos nuestras creencias y costumbres a nuestros hijos. Mi receta del tamal viene de Chota y se la he enseñado a mi familia”.