Además, el porcentaje de inmunización en estos países es muy bajo por el difícil acceso de la población a las vacunas. Por ello, mientras se pone solución a este problema, Merck fue la primera compañía farmacéutica que optó por compartir su patente con más de 100 países de bajos ingresos. La pastilla, reduce en un 50% la probabilidad de hospitalizaciones en personas recién diagnosticadas.