El báculo: ¿Por qué perdimos el hueso en el pene con la evolución? (Getty)
El báculo: ¿Por qué perdimos el hueso en el pene con la evolución? (Getty)

Redacción PERÚ21

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Algo que muchos quizá no conocen es que una gran variedad de machos mamíferos tienen un hueso en sus respectivos al que se denomina báculo o hueso peneano, a excepción de los humanos.

Los humanos, como primates que somos, no poseemos un báculo o hueso en nuestros penes pese a que hace 50 millones de años, nuestros primos más cercanos, como el chimpancé, sí lo desarrollaron. ¿Por qué los hombres no poseen este hueso?

Esta es una pregunta que ha rondado en la mente de muchos científicos, quienes han intentado darle una respuesta. Ahora, un grupo de investigadores de la University College de Londres (UCL por sus siglas en inglés) parecen haber encontrado la verdadera razón y se debe a nuestros comportamientos sexuales.

Armand de Montlezun Baculum Pyrénées.jpg
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NUESTROS HÁBITOS SEXUALES TIENEN LA CULPA

Según el publicado en la revista Proceedings B de la Royal Society of London, los investigadores reconstruyeron la historia evolutiva del hueso peneano y determinaron que este primero evolucionó en los mamíferos hace 90 a 145 millones de años atrás, y a partir de ese momento, este hueso creció para algunas especies y se encogió para otras hasta al punto de desaparecer, como fue nuestro caso.

Se descubrió que los animales cuyos encuentros sexuales duran más de tres minutos tienden a tener un báculo más grande, a este comportamiento sexual se le denomina ‘intromisión prolongada’. Además, este hueso también tiende a ser más grande en los machos de las especies donde hay mucha competitividad sexual durante el acto.

Sin embargo, en el caso de los humanos la historia fue diferente. Los investigadores sostuvieron que nuestra especie empezó a tener prácticas más monógamas hace 1,9 millones de años, y que esta sería la razón por la que nuestros báculos empezaron a encogerse paulatinamente hasta desaparecer, pues empezó a cesar la presión evolutiva.

A esto se suma que en nuestra especia existe una competencia sexual mínima, pues las mujeres normalmente tienen sexo con un solo hombre a la vez.

“Puede que hayamos escrito el punto y final de la historia del desaparecido báculo, que ya no estaba presente en los humanos ancestrales”, señaló el doctor de la UCL y coautor del estudio, Kit Opie.

“Nuestros hallazgos sugieren que el báculo interpreta un papel importante en las estrategias reproductivas de los machos de especies en las que estos se enfrentan a niveles muy altos de competitividad sexual poscopulatoria. Que el coito sea más prolongado ayuda a evitar que la hembra se aparee con más competidores; de esta manera, el macho aumenta sus posibilidades de transmitir su material genético”, indicó Matilda Brindle, la autora principal del estudio según Huffingtonpost.

NUESTROS PRIMOS MÁS CERCANOS

Para explicar estos hechos, se toma como ejemplo nuestros parientes evolutivos más cercanos, los chimpancés y los bonobos, quienes todavía tienen huesos peneanos, pero su tamaño es muy pequeño. Esto se debería a que su penetración durante el acto sexual dura muy poco tiempo: Los chimpancés duran 7 segundos y los bonobos duran 15 segundos.

A esto se debe añadir que los machos de ambas especies tienen que enfrentar una alta competitividad sexual frente a otros machos durante la temporada de apareamiento, hecho que explicaría el que sigan teniendo sus báculos, por muy pequeños que sean.

Mahale Mountains National Park, Tanzania.
Mahale Mountains National Park, Tanzania.

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