La sonda espacial OSIRIS-REx de la , que fue lanzada el 8 de septiembre de 2016, llegó a su principal objetivo, el . Un gigantesco cuerpo rocoso de 500 metros de diámetro y que se encuentra a 300 mil kilómetros de nuestro planeta.

El objetivo de la sonda es sobrevolar el polo norte, la región ecuatorial y el polo sur del asteroide, acercándose a casi 7 kilómetros sobre su superficie durante cada sobrevuelo. Así refinará las estimaciones de la masa y la velocidad de giro de Bennu y generará un modelo más preciso de su forma.

Estos datos ayudarán a determinar los sitios potenciales para la posterior recolección de muestras.

Este asteroide es una antigua reliquia de los primeros días de nuestro sistema solar que ha visto más de 4.500 millones de años de historia espacial. Los científicos piensan que dentro de los 10 millones de años de la formación de nuestro sistema solar, la composición actual de Bennu ya estaba establecida.

Probablemente se separó de un asteroide mucho más rico en carbono hace unos 700 millones a 2 mil millones de años. Además, probablemente se formó en el Cinturón de asteroides principal entre Marte y Júpiter, y se ha acercado mucho más a la Tierra desde entonces.

Debido a que sus materiales son tan viejos, Bennu puede contener moléculas orgánicas similares a las que podrían haber estado involucradas con el comienzo de la vida en la Tierra.

'POTENCIALMENTE PELIGROSO'

Sin embargo, la razón que despierta mayor interés a los científicos es que Bennu es considerado como potencialmente peligroso para nosotros por su cercanía y tamaño. Por tal motivo, los científicos de la NASA desean conocer con más exactitud su trayectoria. Ya que, se estima que podría pasar cerca de la Tierra en el año de 2135.

Además, los investigadores quieren saber si sus recursos minerales y su contenido en agua pueden se pueden explotar en el futuro Bennu podría contener materiales orgánicos o precursores moleculares de la vida.

Con información de NASA y National Geographic.

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