Esta es la verdad detrás de la supuesta evidencia del “universo paralelo” hallado por la NASA

La noticia del hallazgo de evidencia sobre la existencia de un “universo paralelo” a cargo de científicos de la NASA, estuvo circulando en diversos medios como una primicia, pero la verdad es un poco más compleja y muy diferente a lo que se ha publicado.

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Para empezar, no se trata de un descubrimiento de la NASA. La agencia espacial estadounidense desmintió que se trate de un descubrimiento de científicos pertenecientes a su nómina a través de un mensaje de correo electrónico enviado al verificador de datos chileno Mala Espina.

Se trata de un experimento desarrollado por científicos de la Universidad de Hawai que tienen apoyo financiero externo de la NASA, por lo que el crédito del descubrimiento es de ellos.

Además, no se trata de una noticia reciente, sino que estos experimentos vienen realizándose desde hace algunos años. Y el descubrimiento en sí se anunció hace más de un mes, según informa la revista NewScientist.

ANITA

Lo primero que debemos entender es que este experimento usa la Antena Antártida de Impulso Transitivo (ANITA por sus siglas en inglés), que es un instrumento que se eleva en la atmósfera de nuestro planeta mediante el uso de globos, desde la Antártida.

El objetivo de esta antena es recopilar información de partículas de alta energía, como los denominados neutrinos. Los neutrinos tienen la particularidad de no interactuar con la materia, por lo que pese a su gran cantidad, es muy difícil que sean detectados cuando llegan del espacio y atraviesan nuestro planeta y todo lo que se encuentre a su paso, incluidos los humanos.

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Por tal motivo, ANITA se encuentra en la Antártida, pues cuando los neutrinos atraviesan el hielo, generan una partícula llamada muon. Gracias a esto, es que se puede estudiar a los neutrinos, cuya procedencia se encuentra en los reactores nucleares, que en el espacio vendrían a ser las estrellas y los rayos cósmicos.

¿DE QUÉ SE TRATA EL DESCUBRIMIENTO?

Resulta que al analizar los datos de ANITA, y comparándolos con los resultados ya obtenidos, los científicos lograron detectar una señal que parecía indicar que se trataba de un neutrino de alta energía, pero contrario a lo que muchos pensaban, este neutrino no provenía del espacio, sino que venía de la Tierra.

Ante este descubrimiento, y por la naturaleza inusual de estos neutrinos, es que se empezó a desarrollar una serie de hipótesis sobre su procedencia.

Una de las posibles explicaciones es que este neutrino de alta energía habría atravesado todo el planeta Tierra, es decir, penetró el planeta por un lado y salió por el otro. Algo que no guarda relación con las características de estas partículas. A menos que se trate de un tipo de neutrino (llamado tau neutrino) que sí tiene la capacidad de transformarse momentáneamente en otra partícula, tau lepton, que sí puede.

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Es entonces cuando surgió la hipótesis del universo paralelo, propuesta por el científico Neil Turok. En esta, se explica que la posibilidad de que un neutrino se transforme y retransforme sugiere que exista un universo paralelo o espejo al nuestro, que también inició con el denominado Big Bang y cuyas características serían las opuestas a las de nuestro universo.

Por tal motivo, la existencia de un universo paralelo es solo eso, una hipótesis, que se basa en la noción de simetría que sugiere que las leyes físicas siguen siendo las mismas bajo ciertas transformaciones y que explicaría la capacidad de estas partículas.

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