Es oficial: la temperatura media de la Tierra subió más de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales por primera vez en 2024,lo que indica que el mundo no ha logrado, al menos temporalmente, evitar cruzar el umbral establecido por los gobiernos para evitar los peores impactos del calentamiento global. Por el momento, es solo una métrica y un año, pero los investigadores dicen que, no obstante, sirve como un duro recordatorio de que el mundo se está moviendo hacia un territorio peligroso, tal vez más rápido de lo que se pensaba anteriormente.
“Es a la vez una realidad física y un shock simbólico. Estamos llegando al final de lo que creíamos que era una zona segura para la humanidad”, afirma Gail Whiteman, científica social de la Universidad de Exeter (Reino Unido) que estudia los riesgos climáticos.
El anuncio fue realizado de manera conjunta por varias organizaciones internacionales que monitorean de manera independiente la temperatura global. Aunque cada grupo calculó una cifra ligeramente diferente, el promedio de los datos indica un consenso en cuanto a que, el año pasado, la temperatura de la Tierra alcanzó 1,55 °C por encima del promedio de 1850-1900, considerado un período "preindustrial" antes de que los humanos comenzaran a verter grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
EL ACUERDO DE PARÍS
Inesperadamente, la cifra de 2024 también muestra un aumento estadísticamente significativo con respecto a la de 2023, cuando se establecieron récords de calor. Los científicos del clima están investigando si el aumento de temperatura de dos años es un bache o si marca un cambio en el sistema climático de la Tierra que significa que el calentamiento global se está acelerando.
Casi 200 países firmaron el acuerdo climático de París en 2015, en el que se comprometieron a limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, las emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles y otras fuentes han seguido aumentando y alcanzaron un nivel récord el año pasado, a pesar del rápido crecimiento de fuentes de energía limpia como la eólica y la solar.
“El hecho de que algunos años superen el límite de 1,5 grados no significa que el objetivo a largo plazo esté perdido. Significa que tenemos que luchar aún más para volver a encaminarnos... Los líderes deben actuar ahora”, refirió el secretario general de la ONU, António Guterres, en una declaración.
Los científicos subrayan que no hay nada mágico en el umbral de 1,5 °C. Es un objetivo político que se incluyó en el acuerdo de París en reconocimiento de las preocupaciones de que un objetivo anterior de limitar el calentamiento a 2 °C podría no ser lo suficientemente fuerte como para proteger a los países más vulnerables, incluidas las naciones insulares en riesgo de quedar sumergidas por el aumento del nivel del mar. Eso no significa que el mundo esté a salvo por debajo de 1,5 °C, ni que todo se desmoronará de repente si se supera.
Superar el límite de 1,5 °C antes de lo previsto tampoco significa necesariamente un fracaso: muchos de los escenarios de emisiones analizados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas suponen que las temperaturas globales superarán temporalmente ese límite, pero que la humanidad acabará extrayendo carbono de la atmósfera y hará que las temperaturas vuelvan a bajar, hacia finales de siglo. Esto todavía podría evitar muchos efectos climáticos catastróficos.
LOS OCÉANOS Y EL AIRE CALIENTE
Para filtrar el ruido (las variaciones climáticas normales) de los datos de temperatura, los científicos suelen informar un promedio de diez años. Esto les permite centrarse en la tendencia de temperatura a largo plazo de la Tierra, mejorar los modelos y elaborar mejores proyecciones para el futuro. Con esta medida, los investigadores estiman que el mundo se ha calentado hasta 1,3 °C por encima de los niveles preindustriales, y podrían pasar varios años más antes de que se supere definitivamente el límite de 1,5 °C. Ese tiempo adicional es importante.
“Seguimos viviendo en un mundo con una temperatura del aire superior a 1,3 °C”, afirma Katharine Hayhoe, científica jefa de The Nature Conservancy, un grupo conservacionista con sede en Arlington, Virginia. La mayor parte del calor atrapado por los gases de efecto invernadero es absorbido por los océanos, la tierra y el hielo de la Tierra, añade. Cuando la media decenal de la temperatura del aire supere los 1,5 °C, el planeta habrá acumulado aún más calor, lo que amplificará aún más las violentas tormentas e incendios, los daños a los ecosistemas y el aumento del nivel del mar.
Temperatura de los océanos. (AFP)
BANDERA ROJA
No obstante, el hecho de que la temperatura global haya superado los 1,5 °C durante un año debería servir como una llamada de atención para los líderes políticos, dice Carlos Nobre, científico del clima de la Universidad de São Paulo en Brasil. Y si el aumento de temperatura en 2023 y 2024 no fue un accidente pasajero, sino una indicación de que el calentamiento global se está acelerando, agrega, “quizás debamos reducir las emisiones aún más rápido”.
Este es, sin duda, un mensaje que muchos científicos y ambientalistas llevarán a la próxima gran cumbre climática de la ONU en Brasil a finales de este año. Una preocupación es que la noticia de que se ha sobrepasado el límite de 1,5 °C estimule la complacencia en lugar de la acción, dice Whiteman. Las personas que tienden a ser más escépticas sobre los peligros del calentamiento global podrían pensar: "¿Ven? Cruzamos esa línea y no pasó nada".
Pero los impactos de los fenómenos climáticos extremos y los riesgos a largo plazo del derretimiento del hielo y el cambio de los ecosistemas seguirán aumentando, a menos que y hasta que la humanidad deje de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera.
El cambio climático provocado por el hombre ya está haciendo que las sequías, tormentas, inundaciones y olas de calor sean más frecuentes e intensas. La muerte de 1.300 peregrinos en Arabia Saudita durante el calor extremo, una serie de poderosas tormentas tropicales en Asia y América del Norte y unas inundaciones históricas en Europa y África marcaron hitos sombríos en 2024.
“Los efectos ya se están sintiendo. Y van a empeorar”, agrega Whiteman.
Ola de calor en La Meca. (AFP)
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