Los han cargado con el estigma usual y a hasta políticamente conveniente de fomentar la en los jugadores, de ser incitadores de comportamientos violentos que han culminado en acciones lamentables.

Uno de los hechos de violencia más famosos atribuido a los videojuegos fue la masacre en el instituto Columbine en Colorado, Estados Unidos. Un tiroteo escolar ocurrido el 20 de abril de 1999, perpetrado por dos jóvenes fuertemente armados a los que se les descubrió que eran asiduos jugadores del videojuego DOOM.

Sin embargo, a raíz de las diversas versiones periodísticas de la época, que apuntaban hacia los videojuegos como insitadores de la violencia, aparecieron decenas de estudios científicos que afirmaban lo contrario.

No existe relación entre la violencia y los videojuegos según estudio de la Universidad de Oxford. (Captura)
No existe relación entre la violencia y los videojuegos según estudio de la Universidad de Oxford. (Captura)

Ahora, un más, a cargo de la Universidad de Oxford a través del , reafirma la postura científica y sentencia que no existe relación entre la violencia y los videojuegos.

El Instituto revelo no haber encontrado ninguna relación entre el tiempo pasado jugando videojuegos y el aumento del comportamiento agresivo en los adolescentes. 

"La idea de que los videojuegos violentos impulsan la agresión en el mundo real es popular, pero no se ha probado muy bien con el tiempo. A pesar del interés en el tema por parte de los padres y los responsables políticos, la investigación no ha demostrado que exista un motivo de preocupación", dice el investigador principal, el profesor Andrew Przybylski , director de investigación del Oxford Internet Institute.

"Nuestros hallazgos sugieren que los sesgos de los investigadores pueden haber influido en estudios previos sobre este tema y han distorsionado nuestra comprensión de los efectos de los videojuegos", dice la coautora del estudio, la doctora Netta Weinstein de la Universidad de Cardiff.

El estudio es uno de los más definitivos hasta la fecha, utilizando una combinación de datos subjetivos y objetivos para medir la agresión y la violencia de los adolescentes en los juegos. A diferencia de la investigación anterior sobre el tema, que se basaba en gran medida en datos autoadministrados por adolescentes, el estudio utilizó información de padres y cuidadores para juzgar el nivel de comportamiento agresivo de sus hijos.

Además, el contenido de los videojuegos se clasificó mediante el sistema de clasificación oficial de Información de Juegos Paneuropeos (UE) y la Junta de Clasificación de Software de Entretenimiento (EE. UU.), En lugar de las percepciones de los jugadores sobre la cantidad de violencia en el juego.

REACCIONES DISTINTAS

Si bien no se encontró correlación entre los juegos de video y el comportamiento agresivo en los adolescentes, los investigadores enfatizan que esto no significa que algunas mecánicas y situaciones en los juegos no provoquen sentimientos de enojo o reacciones en los jugadores.

Anecdóticamente, estas reacciones se ven reflejadas en cosas como "hablar mal, la competitividad y el trolling en comunidades de juego que podrían calificar como comportamiento antisocial", dice Przybylski.

LA INVESTIGACIÓN

Los datos se obtuvieron de una muestra representativa a nivel nacional de jóvenes británicos de 14 y 15 años, y el mismo número de cuidadores (un total de 2,008 sujetos). Los adolescentes completaron preguntas sobre su personalidad y comportamiento de juego durante el último mes, mientras que los cuidadores completaron preguntas sobre las recientes conductas agresivas de sus hijos utilizando el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades ampliamente utilizado.

Con información de Hipertextual, Oxford Internet Institute y Royal Society Open Science.

TE PUEDE INTERESAR

TAGS RELACIONADOS