El nuevo cohete masivo de la NASA comenzó su primer viaje a una plataforma de lanzamiento el jueves antes de una serie de pruebas que lo autorizarán a despegar a la Luna este verano. (Foto de Joel KOWSKY / NASA / AFP)
El nuevo cohete masivo de la NASA comenzó su primer viaje a una plataforma de lanzamiento el jueves antes de una serie de pruebas que lo autorizarán a despegar a la Luna este verano. (Foto de Joel KOWSKY / NASA / AFP)

La inicia el viernes una prueba crucial de dos días de su cohete gigante Space Launch System (SLS), que incluye un simulacro de cuenta atrás, cuando la agencia se prepara para llevar seres humanos a la Luna.

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Conocida como el ensayo general con circulación de combustible, es la última prueba importante antes de la misión Artemis-1 de este verano boreal: un vuelo lunar sin tripulación al que le seguirá uno tripulado, probablemente no antes de 2026.

“Se trata de la última verificación del diseño antes de nuestro lanzamiento”, dijo Tom Whitmeyer, un alto funcionario de la NASA.

Los datos recogidos en la prueba se utilizarán para fijar una fecha para Artemis-1: la NASA había dicho que mayo podría ser la primera ventana de lanzamiento, pero ahora es más probable que sea más tarde.

El cohete de 98 metros de altura, diseñado para ser el más potente de la historia cuando esté operativo, fue preparado para su despegue en el Complejo de Lanzamiento 39B del Centro Espacial Kennedy en Florida hace unas dos semanas.

La prueba comienza a las 17H00 locales, con una “llamada a las estaciones”, cuando los integrantes del equipo de control de lanzamiento llegan a sus salas de despegue y comienzan una cuenta atrás de más de 45 horas.

Con el cohete SLS y la cápsula de la tripulación Orión fijada en la parte superior encendida, los equipos procederán a cargar 3,2 millones de litros de propulsor y desarrollarán procedimientos como pausas en la cuenta atrás y otras verificaciones.

Los motores RS-25 del cohete ya fueron probados antes y no serán encendidos. Lo que hará el equipo es detener la cuenta atrás unos 10 segundos antes del despegue, para simular un “scrub”, cuando el lanzamiento se aborta debido a problemas técnicos o meteorológicos.

Se vaciará el combustible y, unos días más tarde, el SLS y la Orión volverán al edificio de ensamblaje del vehículo para pasar por evaluaciones de cómo ha ido todo.

Los hitos de las pruebas se publicarán en el blog de la NASA para la misión Artemis, pero la agencia no hará público el audio interno en directo del test, como hizo en el pasado para las misiones del transbordador espacial.

Whitmeyer explicó que esto se debe a que cierta información clave, incluidas las secuencias de tiempo, podría ayudar a otros países que buscan desarrollar misiles de largo alcance.

“Somos muy, muy sensibles a los vehículos de lanzamiento criogénicos de este tamaño y capacidad, (y) son muy similares a las capacidades de tipo balístico en las que nuestros países están muy interesados”, dijo, aunque agregó que la agencia podría volver a evaluar su postura en el futuro.

Fuente: EFE

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