Redacción PERÚ21

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Ya pasó año nuevo y seguramente uno de los propósitos que muchos se hicieron fue empezar en el gimnasio para tener ese cuerpo atlético soñado. Sin embargo, no todos creen que los sean capaces de deshacerse de esa ''.

Sin embargo, no hay nada más alejado de la verdad que la creencia de que los ejercicios físicos no pueden disminuir el abdomen. Así lo establecen un equipo de científicos de la Universidad de Copenhague.

Según su estudio, publicado en la revista , una molécula llamada interleucina-6 (implicada en la respuesta inflamatoria), tenía un papel crítico en el proceso.

En las pruebas de laboratorio, se detectó una reducción de la grasa abdominal visceral en un grupo de adultos obesos que estuvieron haciendo ejercicios de bicicleta durante doce semanas, informa Hipertextual.

Según su estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, una molécula llamada interleucina-6 (implicada en la respuesta inflamatoria), tenía un papel crítico en el proceso. (Cell Metabolism)
Según su estudio, publicado en la revista Cell Metabolism, una molécula llamada interleucina-6 (implicada en la respuesta inflamatoria), tenía un papel crítico en el proceso. (Cell Metabolism)

También se demostró que los hombres tratados con tocilizumab, un fármaco para la artritis reumatoide, experimentaron un efecto contrario a la pérdida de grasa e incluso aumentaron los niveles de colesterol independientemente de la actividad física.

“Todos sabemos que el ejercicio promueve una mejor salud, pero ahora también somos conscientes de que el entrenamiento regular reduce la masa grasa abdominal y, por lo tanto, potencialmente también el riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas”, explicó Anne-Sophie Wedell-Neergaard, primera autora del estudio.

Por lo tanto, los ejercicios y la actividad física reduciría el tejido graso visceral, que rodea los órganos internos de la cavidad abdominal, y que está asociada a una mayor probabilidad de cáncer, demencia y mortalidad.

EXPERIMENTOS

Para llegar a estas conclusiones, los científicos analizaron este efecto en 53 participantes, separados en grupos. Uno de estos grupos fue expuesto al tocilizumab frente a otro con una solución salina a manera de placebo.

Además, los grupos también fueron expuestos a una rutina de ejercición en bicicleta y a ninguna rutina de ejercicios para hacer las comparaciones. 

Así se descubrió que en los grupos placebo, el ejercicio redujo la masa de tejido graso visceral en 225 gramos de media (un 8%), en comparación con los que no realizaron deporte alguno.

analizaron en 53 participantes el efecto de tocilizumab frente a una solución salina como placebo, combinado con ninguna actividad física o una rutina de bicicleta. Usaron resonancia magnética para evaluar la masa de tejido graso visceral al principio y al final del estudio.

En los grupos de placebo, el ejercicio redujo la masa de tejido graso visceral en 225 gramos de media (un 8%), en comparación con no realizar deporte. No obstante, el tratamiento con tocilizumab eliminó este efecto.

En los grupos de ejercicio, tocilizumab también aumentó la masa de tejido graso visceral en aproximadamente 278 gramos en comparación con el placebo. Además, aumentó el colesterol total y el ‘malo’ (LDL, lipoproteínas de baja densidad) en comparación con el placebo, tanto en el grupo de ejercicio como en el de no ejercicio.

"Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que muestra que la interleucina-6 tiene un papel fisiológico en la regulación de la masa grasa visceral en los humanos", agrega Wedell-Neergaard.

“Cuando empiezas a hacer ejercicio, puedes incluso aumentar el peso corporal debido al incremento de masa muscular. Para mantenerse motivado, además de calcular el peso sería útil –y tal vez más importante– medir la circunferencia de la cintura para llevar un registro de la pérdida de grasa visceral”, concluye la experta.

SOSPECHAS CONFIRMADAS

Investigaciones anteriores mencionaban a la adrenalina como la responsable de este metabolismo, pero los expertos de la Universidad de Copenhague sospecharon de la interleucina-6, debido a que esta regula el metabolismo energético, estimula la descomposición de las grasas en personas sanas y se libera del músculo esquelético durante el ejercicio.