Esta situación también puede deberse a otras enfermedades menos comunes pero que no deben descartarse, como el proceso infiltrativo maligno, la hipercalcemia debida a un síndrome paraneoplásico, el hiperparatiroidismo u otras anomalías metabólicas, la enfermedad renal en etapa terminal y un proceso metaplásico local resultante de un trauma repetido o un estado inflamatorio crónico.