A principios de los 2000, Jorge Salinas estuvo en una disputa legal con su ex, Adriana Cataño, luego de que este negara ser padre de Gabriella Cataño, quien nació en septiembre de 1995. Después de tres meses, y una prueba de ADN, la aceptó públicamente, según publicó El Universal. Desde ese momento comenzó una relación padre e hija.