Lo que necesitaban para convencer a Cersei Lannister permanecía al interior de una caja reforzada: un caminante blanco. Razón suficiente para convencer a todo Poniente de enfrentar una sola lucha contra el verdadero enemigo.
En el último capítulo de la séptima temporada de Game of Thrones bautizado como 'El dragón y el lobo', Jon Snow y Daenerys Targaryen tienen la misión de convencer a Cersei a que acepte una tregua para dejar de lado sus diferencias y concentrarse en 'El rey de la noche'.
Reunidos en Pozo Dragón estaban Tyrion Lannister, Jorah Mormont, Davos Seaworth, Brienne of Tarth, Theon Greyjoy, Podrick, Daenerys y Jon. Sin mayores preámbulos, el 'perro' Clegane tiró la caja y se dejó ver el caminante blanco.
Los Lannister quedaron atemorizados, incluso Euron Greyjoy retiró su apoyo hacia Cersei y se fue, mientras que Jon Snow enseñaba que los 'no muertos' solo pueden ser vencidos por el fuego y por el vidriagón.
En un primer momento, Cersei aceptó la tregua mientras sus enemigos se enfrentaban contra 'el rey de la noche', sin embargo le pidió a Jon Snow no atacarla hasta entonces y como no lo hizo, negó su ayuda.
Minutos después pasó lo impensado. Tyrion Lannister decidió hablar con su hermana y tras ofrecer su cabeza, la convenció para luchar contra los 'no muertos'.