Redacción PERÚ21

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En Nigeria, a miles de niños los acusan de ser brujos. Sus familias los torturan o los dejan morir por el estigma de transmitir —sin quererlo— maleficios a los adultos.

Anja Loven, danesa de 37 años, vendió todo lo que tenía en su país y decidió instalarse en para ir en auxilio de estos menores. Levantó un orfanato que dirige junto a su marido —nigeriano él— en la ciudad de Aarhus y creó la ONG DINNødhjælp, Fundación para la Ayuda, la Educación y el Desarrollo de los Niños Africanos (Acaedf, en sus siglas en inglés).

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EL RESCATEEn la aldea del estado de Akwa Ibom, al sur de Nigeria, a hora y media de la capital, un menor de 2 años fue rescatado por Anja Loven. Estaba desnudo y descalzo, desnutrido, sin habla, y siendo totalmente ignorado por ser un niño brujo. Llevaba 8 meses errando por las calles.

'Hope' (esperanza), nombre con el que fue bautizado, recibió atención médica y ahora está en camino a recuperarse.

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Pero el trabajo de Anja no consiste solo en trasladar al niño o niña a un centro de salud. Antes debe pedir permiso a los hombres que ejercen como jefes de los poblados, quienes normalmente se lo prohíben, y allí no hay ley ni autoridad que intervenga.

Jeppe Sig, periodista de Sand TV, que graba un documental sobre el trabajo de Anja Loven para la cadena de su país DR2 ( puedes ver el momento en que encuentran a 'Hope' abandonado), dijo que cuando encontraron a 'Hope' abandonado, el menor intentó llamarles la atención:

"Al principio nos miró. Empezó a llorar un poco, pero no tenía fuerzas. No hablaba, apenas producía sonidos. Para conseguir comida, cambió de táctica. Se puso a moverse como si estuviera bailando. La gente del pueblo aplaudía. Como un circo. Usó sus últimas fuerzas para bailar para nosotros. Y se cayó", detalla Jeppe Sig.

Anja Loven le acercó una botella con agua a la boca del menor y le ofreció galletas. Más tarde, en el hospital recibió tranfusiones diarias de sangre y logró recuperarse rápidamente. Para ella, este ha sido uno de los rescates más duros.

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HAY MILES DE CASOS PARECIDOSEste es uno de miles de casos parecidos. Las autoridades minimizan el problema y, a pesar de que en 2008 acusar a un niño de brujo era motivo de castigo con hasta 15 años de cárcel, en los dos primeros años no se condenó a nadie y el problema continúa hasta el día de hoy.

Gloria Peter Ekereuwem, que lleva 30 años en España, preside en Sevilla la ONG Mujeres Entre Mundos y es del pueblo Akwa Ibom —donde fue encontrado 'Hope'—, dice, según consigna El Mundo, que las sacerdotes de iglesias evangélicas y curanderos acusan de brujos a los niños que lloran mucho o son traviesos y de este modo les sacan dinero a los padres para "quitarles el demonio".

Gloria Peter y Anja Loven coinciden en que esta injusticia requiere una intervención internacional contra la superstición.

"La solución es la educación", aseguran ambas.

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puedes visitar la página de Facebook de su ONG.

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