¿Por qué nos besamos debajo del muérdago? (Getty)  (Photo by HGL/Getty Images)
¿Por qué nos besamos debajo del muérdago? (Getty) (Photo by HGL/Getty Images)

Besarse debajo de un muérdago es una tradición muy conocida, sobre todo en países del hemisferio norte. Pero debido a la globalización y a las miles de películas navideñas, en todo el mundo sabemos que esta tradición consiste en que dos personas deben besarse si se encuentran debajo de una rama de .

Se sabe que los lo usaban como cura para todo, desde los cólicos menstruales hasta los trastornos del bazo. En solía usarse como un bálsamo contra la epilepsia, las úlceras y los venenos. La atribución romántica probablemente empezó con los druidas celtas del siglo I d.C. debido a que el podía florecer incluso durante el invierno helado, los druidas lo vieron como un símbolo sagrado de vivacidad, y lo administraron tanto a humanos como a animales con la esperanza de restaurar la fertilidad.

Las culturas nórdicas también tienen su aporte al mito. Según cuenta la historia, cuando se profetizó que el hijo del dios Odín, Baldur, moriría, su madre Frigg, la diosa del amor, acudió a todos los animales y plantas del mundo natural para asegurar un juramento de que no le harían daño. Pero Frigg se olvidó de consultar con el modesto , por lo que el intrigante dios Loki hizo una flecha con la planta y vio que se usaba para matar al invencible Baldur. Según una versión más soleada del mito, los dioses pudieron resucitar a Baldur de entre los muertos. Frigg, encantado, declaró que el muérdago era un símbolo de amor y juró plantar un beso a todos los que pasaran debajo de él.

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Las asociaciones del muérdago con la fertilidad y la vitalidad continuaron durante la , y en el siglo XVIII se había incorporado ampliamente a las celebraciones navideñas. La forma en que dio el salto de la hierba sagrada a la decoración navideña sigue siendo un misterio, pero la tradición de los besos parece haberse popularizado por primera vez entre los sirvientes en Inglaterra antes de extenderse a las clases medias. Como parte de la costumbre primitiva, a los hombres se les permitía robar un beso a cualquier mujer sorprendida bajo el muérdago, y negarse se consideraba mala suerte. Sin embargo, otra tradición instruía a los alegres que arrancaran una sola baya del muérdago con cada beso y dejaran de besarse una vez que se hubieran ido.

Como en el Perú tenemos una navidad con verano, estas tradiciones y creencias no se aplican mucho a la región. Un objeto más que se suma a la temática navideña invernal que hemos adoptado, como es los adornos con (que no tenemos), el en un clima templado y hasta el mismo pino que es un árbol típico del hemisferio norte.

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