Durante cinco años, Marcos esperó a su amo, quien fue internado en el 2017, pero nunca se recuperó y falleció en el nosocomio. Fiel a quien acompañó durante mucho tiempo, el perrito de 14 años murió sin ver al hombre que lo acogió cuando era un cachorro.
El nombre de Marcos se lo pusieron como homenaje al hospital que visitaba sin falta, en Chinchiná, Colombia. La sorpresa de los trabajadores fue tal que se conmovieron y lo adoptaron. Su cuidadora alimentaba y atendía a Marcos durante los últimos años y fue ella quien anunció la muerte del can.
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“La búsqueda de Marcos terminó, estaba muy cerca de la casa. Tal vez la hipótesis de que los perros cuando sienten que van a morir prefieren alejarse de sus dueños para evitarles el sufrimiento es un poco cierta”, dijo Estefanía García, enfermera del Hospital San Marcos.
Debido a su edad, la salud de Marcos empezó a resquebrajarse. “Días antes le íbamos a colocar la eutanasia debido a su condición de salud. El cáncer ya estaba muy avanzado, sin embargo seguía demostrando sus ganas de vivir, por eso decidimos darle unos días más. Tal vez quiso ahorrarnos la difícil decisión de decirle adiós”, añadió García.
Marcos, que se convirtió en la mascota del Hospital San Marcos, de Chinchiná fue hallado muerto a pocos metros del centro asistencial. El animal venía enfermo hace varios días, tenía varios tumores y estaba desaparecido.
El can fue adoptado por empleados del hospital y de la comunidad desde que permanecía afuera de la entidad de salud, al parecer, esperando la salida de su amo, quien entró como paciente en abril del 2017, pero murió poco después.