Mes del Orgullo: Cinco películas peruanas con temática LGBTIQ+ para celebrar la diversidad

Esta cinta dirigida por Javier Fuentes León fue grabada en la playa Cabo Blanco, en Piura. Cuenta la historia del pescador Miguel y el pintor Santiago, quienes se aman con pasión y ternura, pero no pueden estar juntos porque Miguel está casado y a punto de tener un hijo. Tras enfrentar a una sociedad ultraconservadora y homofóbica, su intenso romance se acaba cuando un hecho trágico ocurre. Posteriormente, Miguel deberá dejar de lado su egoísmo para dejar que Santiago siga su camino. Con un final triste, es una de las historias dramáticas más potentes del cine nacional que no puedes dejar de ver. Contracorriente fue aclamada por la crítica internacional y recibió varios premios y reconocimientos.

La cinta (adaptación de la novela No se lo digas a nadie, de Jaime Bayly) estuvo dirigida por Francisco Lombardi. El protagonista, Joaquín Camino es un joven universitario que, a pesar de ser de una clase acomodada y tener todas las oportunidades, vive en conflicto con él mismo a causa de su homosexualidad, pues debe enfrentarse a la doble moral de la sociedad limeña. Después de vivir un tórrido romance con Gonzalo (Christian Meier)y caer en las drogas, decide irse al extranjero. Este es el primer largometraje hecho en el Perú, cuyo personaje principal es gay.

Palito Ortega dirigió esta película que retrata de la manera más cruda la realidad que viven los trans en nuestro país. La historia transcurre entre Ayacucho y Lima. Se centra en la vida de Eduardo, quien hizo la transición y se convierte en Yahaira, Desde niño, fue rechazado por su entorno, especialmente, por sus hermanos y amigos. Al llegar a la capital, tiene que afrontar una difícil vida y las necesidades lo empujan a la prostitución. En este mundo oscuro también es sometido a una serie de vejámenes, maltratos e injusticias.

La producción estuvo nominada a un Spirit Award y un Bafta. El director, Álvaro Delgado Aparicio, presenta en este filme la doble vida que lleva Noé, padre de Segundo, un niño que ayuda a hacer retablos como parte del negocio familiar en Ayacucho. Toda la tranquilidad en la que vive la familia se ve interrumpida cuando el pequeño descubre que su papá es homosexual. Noé sufre marginación y es brutalmente golpeado por su orientación sexual.

Tras varios años en el extranjero, Sebastián vuelve al Perú a cuidar a su madre enferma. Al estar en su ciudad natal, Chiclayo, el protagonista se reencuentra con situaciones adversas y trata de reconciliarse con los errores de su pasado. Además, deberá hacerle frente a la sociedad que lo juzga y lo discrimina. Todo se enredará más cuando llegue su pareja y le pida tomar una decisión.