La autora explora todas las formas posibles de amor en su ópera prima.
La autora explora todas las formas posibles de amor en su ópera prima.

Cuando Luciana Morales me presenta “Amores que queman (y otros poemas sobre la vida)”, publicado a sus cortos 19 años, pienso por un instante “¿qué sabemos nosotras, jóvenes poetas, sobre la vida y el dolor?”. Caigo en el cliché, como una lectora que juega a ser intelectual, para finalmente reconocer que Luciana tiene un mundo que mostrarnos y que estoy más que dispuesta a perderme en sus palabras.

Luciana Morales nos aclara en sus poemas que el amor no es netamente romántico, que podemos amar a nuestros padres y hermanos, podemos enamorarnos de ciudades o que, incluso, nuestra alma gemela puede ser nuestra mejor amiga. Nos enseña, como alma joven, que el amor no debería ser complicado.

Cuando Raymond Carver escribió “What We Talk About When We Talk About Love” revolucionó el mundo del cuento corto al mostrar un concepto tan complejo como el amor encapsulado en la cotidianidad y las diferentes relaciones interpersonales de sus personajes. Luciana, conociéndolo o no, hace lo mismo.

La autora explora todas las formas posibles de amor en su ópera prima. Su primer poema, “A ti, Cayetana”, es una carta de despedida a una dulce niña que partió de esta vida, marcando un antes y un después en su escritura. Pero cuando escribe “Un padre es una mano / a la cual te puedes aferrar / en un momento de oscuridad” o “Nos hicieron hermanas, pero nos hicimos amigas en el camino” fácilmente podemos vernos en los poemas de una joven cuya madurez sorprende y alivia.

¿Y si leemos simplemente “El significado de la palabra / Conexión / Porque eso era lo que había / Entre tú y yo”? ¿Sabríamos a quién le escribe Luciana? Porque sí hubo una historia de amor con un final triste, también hay chicos que la han hecho reír, llorar, querer y sentir. Pero también hay un poema para su perro Ramón y otros para su familia y más para Cayetana. Y si tomamos el amor como una conexión indescifrable, la definición es aplicable para todos los casos anteriores.

Al leer “Amores que queman (y otros poemas sobre la vida)” sentimos que conocemos a Luciana, porque todas hemos sido esa adolescente enamorada, esa hija agradecida,. Todos hemos amado y hemos perdido. Tal vez todos queremos que nos quieran como quiere Luciana, porque aquellos amores que queman hacen que el mundo siga girando.

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