Rapza creció en la comuna 13 de Medellín, una zona muy conocida por los constantes enfrentamientos entre las pandillas, donde las balaceras eran el pan de cada día. Siendo el menor de cuatro hermanos en una familia de escasos recursos, desde pequeño tuvo que buscar una forma de llevar dinero a casa; pero antes de enfrentarse a la cruda realidad de las calles, soñaba con ser un gran futbolista y hasta llegó a las inferiores de la nacional, mas sus deseos se vieron frustrados cuando el agente que lo ayudaba en este proceso fue asesinado.