Nadie puede negar que Titanic nos ha hecho soltar lágrimas al menos una vez. La famosa escena en la que un enamorado Jack se sacrifica para salvar a su amada y termina muriendo congelado, rompió los corazones de muchos fans.
Y es que la frustración de los titanic-lovers ha llegado a tanto que el director del romántico film, James Cameron, ha confesado que la muerte del humilde galán es uno de los reclamos que siempre lo persigue.
Recordemos que el personaje que encarna Leonardo Di Caprio muere congelado cuando le cede a Rose un pedazo de puerta que encuentra en el caótico mar en el que pudo haber flotado esperando que lo rescataran.
Desde el estreno se crearon teorías que ensayaban las diferentes opciones que tenía Jack Dawson para salvarse. Una de las ideas más recurrentes era que la puerta pudo haber sido compartida por los dos ya que era lo suficientemente grande para que alcanzaran.
Hasta Kate Winslet, en una entrevista con el comediante Jimmy Kimmel en el 2016, confesó que podría haber salvado a Jack pero lo dejó. "Es verdad. Creo que él entraba en el trozo de puerta", dijo entre risas en ese entonces.
La obsesión por esta fatídica muerte, en quienes creen que se pudo evitar, ha llegado a tanto que incluso MythBusters (Cazadores de Mitos) dedicó uno de sus programas en estudiarla. "Está bien, la tabla quizá no podía soportar el peso de los dos, pero... ¿qué pasaba si tanto Rose como Jack ponían sus chalecos salvavidas por debajo de la tabla para que flotara?", formularon los presentadores.
James Cameron, en una reciente entrevista a The Guardian, se animó a referirse a la dichosa puerta. "Me lo preguntan todo el tiempo y ahora puedo decir que sí, que debí haber construido una puerta más pequeña", sentenció el cineasta.