¿A qué se debía esto? Pues Antonella era hija de los dueños de la cadena de supermercados Único, y debido a los ingresos de su familia, la joven - quien era la mediana de tres hermanas: Paula, una abogada, y Carla, una doctora - solía vacacionar con sus seres queridos en diferentes países como Brasil, Cuba o Estados Unidos. Para Lionel, las cosas fueron distintas, pero igual llenas de amor, ya que incentivado por su abuela materna comenzó a ver al balón como su mejor amigo desde que aprendió a caminar y a los cuatro años ya jugaba en el club Abanderado Grandoli, del barrio del mismo nombre, a pocas cuadras de su casa.