“Toy Story 4” ha recibido "críticas brillantes", y la publicación especializada Variety pronostica que se exhibirá "largamente" en salas. (Foto: Pixar)
“Toy Story 4” ha recibido "críticas brillantes", y la publicación especializada Variety pronostica que se exhibirá "largamente" en salas. (Foto: Pixar)

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Por- Periodista 

Perder a un ser querido es aterrador. La experiencia nos derrota un instante, pero hay que avanzar y lidiar con la sutileza de los recuerdos que se evocan tarde o temprano. Definitivamente, '' no estaba preparado para perder a 'Bo'.

'Toy Story 4' inicia arrojándonos sin advertencia alguna al pasado, a la época de 'Andy', cuando nuestro comisario era lo más importante en su vida. Muchos éramos niños cuando se estrenó la segunda parte de la historia, por lo que ahora, de grandes, tomamos como un regalo los recuerdos del pasado de los protagonistas con ese lujo de detalles.

El vaquero logró rescatar a uno de los juguetes que Andy había olvidado en el patio, pero no logró rescatar al amor de su vida, la pastora de la lámpara, Bo Peep, cuando la pequeña Molly decidió donarla diciendo que ya no la necesitaba, pues había crecido suficiente para no temerle a la oscuridad.

'Woody' pudo irse con ella y su oveja de múltiples cabezas, pero su misión era quedarse con su niño. Su mirada se apagó por breves instantes para, de inmediato, volver a ser el juguete con sonrisa de fábrica que su dueño necesitaba. ¿Díganme si eso no puede destrozar a alguien? Los juguetes también pueden contarnos historias sobre la pérdida.

Nosotros crecemos y en el camino tomamos mejores decisiones, o peores en muchos casos, pero siempre cambiamos. Los juguetes se quedan así como son para siempre. No parece justo.

Woody, sin embargo, evoluciona y llega a crecer con un innegable sentido de lealtad hacia su dueño. Por eso es tan fascinante, a veces frustrante. Buzz Lightyear, por su parte, empieza a reflexionar más y a tomar más decisiones que tienen que ver con mantener al grupo unido.

Bonnie Anderson no es Andy, a quien Woody no olvida, pues las despedidas a veces no son suficientes. Buscando hacerla feliz en su primera experiencia con la escuela, conoce a Forky, un utensilio de plástico convertido en un juguete por Bonnie. Su misión de pronto se vuelve cuidar del cubierto, que literalmente se considera basura, y que poco a poco empieza a entender que es importante.

REENCUENTRO

En la tercera entrega, la partida de Bo, aún sin conocerse sus razones, fue desconcertante. Pero ahora que ya sabemos lo que ocurrió, resulta un alivio verla convertida en una aventurera tras haber pasado algunos años en un estante, en una tienda de antigüedades. 

La vemos con un parche en el brazo, prueba del definitivo cambio del personaje, una muñeca de porcelana que no podía permanecer sin alguna clase de deterioro durante los años en que permaneció sin un niño que la cuidara. 

La vemos fuerte, audaz, ágil, capaz de resolver problemas y de tomar acertadas decisiones en un terreno como lo es una feria, un espacio que Woody no domina y que humildemente reconoce siguiendo a Bo hasta que su impulsiva personalidad se hace evidente.

GABBY GABBY

Es un personaje muy bien desarrollado, ambicioso y realista. Con un único defecto de fábrica que no la deja ir a lado de la niña de sus sueños. Es tal su obsesión, que juega a tomar el té viendo a Harmony, la nieta de la dueña de la tienda en la que queda atrapado Woody y Forky, pasar la tarde sola. 

Gabby Gabby Tiene su caja de voz dañada, por eso no puede ser parte de una familia, o al menos no lo ha intentado para no ser rechazada. Con Harmony cree que todo será diferente, y tiene una buena oportunidad con la caja de voz de Woody, pues es un modelo viejo que es compatible con el disco de voz que ella tiene.

Woody dona el elemento que lo hace tan especial para los niños. Al principio parecía que iba a ser sometido a la fuerza, dándole a la trama un tinte oscuro, poco agradable para jóvenes y adultos, pues el viejo juguete de colección iba a ser cercenado.

Pero hay sacrificios que se tienen que hacer para llevar felicidad a los niños. Es lo que quizá pensó el vaquero después de que Gabby Gabby le recordara lo mucho que disfrutó con Andy. Lo único que pidió a cambio era que le devolvieran a Forky.

Esta cinta nos presentó un Woody redescubriendo su rol en el mundo, como un juguete que superó la pérdida y dejó ir lo que más quería. Andy lo hizo para poder continuar sin remordimientos. Esta vez fue el turno del vaquero, entendiendo que junto a Bo iba a encontrar la felicidad ayudando al mismo tiempo a otros juguetes.

La nostalgia es un elemento clave en las cintas de Pixar. Es parte de una fórmula cruel, pues juega con nuestras emociones y las explota. Así nos atrapa y nos hace creer que los juguetes que hemos visto por más de veinte años también son nuestros, que los hemos cuidado bien y que por ello siguen intactos, listos para vivir nuevas historias. Pero creo que estamos de acuerdo en que la cuarta entrega debe ser la última.

TAGS RELACIONADOS