La telenovela empieza con Gaviota y su mamá llegando a la Hacienda Casablanca a recoger el café de la segunda cosecha del año con la esperanza de que sea el último, pues quieren ser las dueñas de su propia tierra. Sin embargo, el destino tiene otros planes. Octavio Vallejo, el dueño de la hacienda acaba de fallecer. El mismo hombre a quién Gaviota salvó de un secuestro, el mismo que le prometió como recompensa darle una hectárea de tierra para que ella cultivara su propio café. Intentando lograr que la familia Vallejo honre el acuerdo, Gaviota conoce a Sebastián, hijo de Octavio, radicado en el exterior y nace entre ellos una atracción incontenible, un amor imposible, convirtiéndose en dos amantes que pertenecen a mundos distintos, pero que saborean el mismo café.