Luego de su polémico y viral video en el festival de Coachella, Justin Bieber utilizó sus redes sociales para compartir un mensaje que, si bien no aborda directamente las especulaciones sobre su salud, ofrece una perspectiva sobre su bienestar espiritual.
El fin de semana, la difusión de un clip donde se veía al cantante -con una actitud que muchos catalogaron como errática- reavivó las alarmas sobre su estado, recordando sus anteriores luchas contra las adicciones y algunos traumas por su temprana fama.
En su cuenta de Instagram, el exBaby publicó una reflexión, donde reconoce el perdón divino, incluso para aquellos marginados por la sociedad y admite sus propias imperfecciones. El perdón que ha recibido lo ayuda a no sentirse superior a quienes lo critican.
En un tono personal, Justin Bieber admite que, aunque su «primer instinto» sería no difundir chismes o mentiras en internet, reconoce otras acciones de las que no se siente orgulloso, resaltando la gracia que siente de parte de Dios a pesar de ello.
El exgolden boy también aborda indirectamente la posible envidia que algunos podrían sentir al verlo a él y a su esposa Hailey viviendo un «momento increíble» y alcanzando el éxito. «Es comprensible que tanta gente no pueda soportarlo y no los culpo».
Finalmente, Bieber concluye su mensaje describiéndose junto a Hailey como personas a las que es «imposible seguirles el ritmo».
Esta publicación se da en un contexto donde fuentes cercanas al artista habían señalado a ‘TMZ’ un posible distanciamiento de su círculo cercano y una fuerte influencia de la iglesia Churchome como posibles factores detrás de la preocupación generada por su aparición en Coachella.
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