Jaime Bayly

La rusa

“Era una diosa, la mujer más bella e inquietante que me hubiera tocado. Creo que (...) genuinamente nos teníamos afecto y simpatía”.

Es tarde ya para cambiar

“Yo nací para permitirme una vida inmoderada, desmesurada, exagerada. Todo en mí tiende al exceso, al desenfreno”.

Foto de familia

“Cuando comprendí que no debía ser presidente, le dije que él sería el presidente de la familia. La idea no le disgustó”.

Seis viejitos gobiernan el mundo

No pudieron con nosotros

Mariposas

Sueños

“Mis sueños más felices tienen que ver con el fútbol. (...) hago jugadas improbables, que dejan pasmados a mis rivales”.

Matar al colibrí

“Yo salí genéticamente opuesto a él, idéntico a mi madre: delicado, sensible, asustadizo, pusilánime, femenino, afectado”.

De pronto era famoso

“El canal fue capturado por los militares. Llamé al dueño. Me pidió que continuara, sin condenar al golpista. Renuncié”.

Todos mis novios, todos

“Hasta que una vez quise besarlo y me rechazó. Me sentí miserable. Me dijo que él no besaba hombres y yo no le gustaba".

Todas mis novias, todas

“En mi época de cocainómano, tuve dos novias a escondidas: Milagros, la hermana de un amigo argentino, y Stephanie”.

De pronto eres millonario

“Quizás comprar una casa y vivir en ella sea una buena inversión en términos de goce personal. Veinte años después valdrá más”.

La familia que elegí

“Mientras me acompañen la salud y la fortuna, pienso seguir viviendo en esta isla, con esta, la familia que yo elegí”.

Los regalos devueltos

La ciudad que nunca duerme

“Silvia vuelca todo su afecto y atención sobre mis hijas, y lo hace con una delicadeza conmovedora. Reina la armonía”.

Carta a mi madre

“No confío en los militares ni los policías. Si una de mis hijas se enamorase de un general, me sentiría fracasado”.

Epifanías quemantes

La mujer del bikini invisible

“Babeando, con taquicardia, los hombres la miramos embelesados. Mi mujer la vigilaba con aire reprobatorio”.

Barcelona, Barcelona

“Barcelona, no Madrid, no Lima ciertamente, es la ciudad que me hizo un escritor, hace veinticinco años”.

Ella no vendrá más

“Mi mujer dijo que si la chica linda era hija de un millonario acusado de chavista, no me visitó porque le gustase mi programa”.

Llegas al paraíso y no paras de toser

El origen de mi vida

“Ese joven, cojo, motociclista, pistolero, no sabía en ese momento que años más tarde sería mi padre”.

La primera vez

“Quedé muy afectado por ese fracaso en la primera tentativa de afirmar mi hombría. Puse en entredicho mi virilidad”.

En el cielo, sin estar muerto

‘Una semana después, vino de nuevo al estudio, ya sin su novio. Luego vino al hotel Country. Entonces nos enamoramos’.

Una pareja va al cine y, de pronto, pelea

“Llegamos a casa. Bajamos en silencio. Estaba destruido. Mi mujer subió a su cuarto y cerró la puerta. Yo entré en mi cuarto, cerré la puerta bru...

Un antiguo amor por Buenos Aires

Mi hijo lujurioso

“Dicen que los perritos terminan pareciéndose a sus dueños: espero que así sea y que el mío tenga más amantes...”.

El rencor es una fruta que se pudre lentamente

La vida allá abajo

El desmayo y el testamento

Fuimos nubes, seremos nubes

“Es decir, viajamos porque somos optimistas, creemos que siempre es posible ser más felices”.

Un loco suicida

“El éxito, a estas alturas de mi vida, no consiste en ser más rico, o más famoso, o más querido, o más poderoso”.

Las casas en las que nunca viviré

“Ella me dijo que soy un soñador, que nunca me retiraré de la televisión, que no tendremos casa en Santa Bárbara”.

Hombre en la luna: Uno de los nuestros

“Luego me contó que unos días después, el sábado, habría un atentado contra Maduro y Cabello, en un desfile”.

La literatura es una fogata

“Mis padres han sido enemigos históricos de mi carrera literaria, y no han desmayado en tratar de obstruirla”.

Todos los amores entreverados

La revista del pecado

El indocumentado

El último playboy

A Cecilia Valenzuela, que vino a buscarme en la Luna.