El evento "People Day by Buk", realizado en Lima, Perú, vivió uno de sus momentos más impactantes cuando Carlos Páez, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes en 1972, tomó el escenario.
Con una presencia sencilla pero poderosa, Páez cautivó a la audiencia no solo con el relato de los hechos que lo marcaron para siempre, sino con las profundas lecciones sobre liderazgo, trabajo en equipo y resiliencia que nacieron de su experiencia.
Desde el inicio, dejó claro que no vino a hablar exclusivamente del accidente, sino de cómo esa vivencia extrema transformó su visión del mundo y le dejó enseñanzas aplicables en la vida y en el entorno corporativo.
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"La tragedia no define quién eres; la manera en que enfrentas lo que te ocurre, sí", sentenció Páez al comenzar su charla. Sus palabras resonaron en un auditorio que guardaba un silencio expectante, entendiendo que lo que se venía era mucho más que una conferencia; era un viaje hacia la esencia del ser humano.
A lo largo de su intervención, Páez recordó cómo él y los otros sobrevivientes del vuelo 571 enfrentaron la desesperación en medio de los Andes, aislados y sin recursos, durante 72 días. Explicó que el liderazgo no surgió de jerarquías formales, sino de la capacidad de cada individuo para aportar lo mejor de sí mismo en función del bien común.
“No había títulos ni roles, solo la supervivencia en común”, mencionó, conectando esa experiencia con las dinámicas empresariales actuales, donde el liderazgo efectivo no depende del cargo, sino de la capacidad de inspirar y movilizar a otros.
Uno de los puntos más fuertes de su intervención fue la adaptación al cambio.
Páez relató cómo el grupo de sobrevivientes, más allá de su fortaleza física, fue capaz de reconfigurarse para enfrentar lo inesperado. "Nosotros no éramos más fuertes que ustedes; simplemente nos adaptamos más rápido", afirmó, enfatizando que la capacidad de ajustarse a circunstancias imprevistas es una cualidad que en el mundo corporativo puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso.
En tiempos de transformación acelerada, donde las empresas enfrentan cambios constantes, la flexibilidad y la rápida adaptación son esenciales para avanzar.
La clave: trabajo en equipo
La lección sobre trabajo en equipo fue igualmente inspiradora. Según Páez, la clave para la supervivencia no estuvo en las habilidades individuales, sino en la capacidad de trabajar juntos por un propósito común: sobrevivir. “La única manera de salir adelante era en conjunto”, recordó.
Este principio, trasladado al entorno laboral, enfatiza que el éxito de una organización se construye sobre la base de la colaboración y el entendimiento de que cada miembro del equipo tiene un papel crucial.
En un mundo empresarial cada vez más interconectado, la fortaleza de una compañía radica en su habilidad para trabajar de manera coordinada hacia un objetivo compartido.
A medida que avanzaba la charla, Carlos Páez abordó la importancia de la actitud positiva. Explicó que, a pesar de la desesperanza, nunca perdieron la chispa de esperanza, lo que fue clave para su supervivencia. "Las circunstancias no determinan tu destino, es tu actitud ante ellas lo que lo define", afirmó, resaltando que no solo sobrevivieron físicamente, sino también mentalmente.
Esta actitud, remarcó, es vital en el mundo corporativo, donde los desafíos son inevitables, pero la forma en que se abordan define los resultados. En tiempos difíciles, tanto en la vida personal como profesional, mantener una mentalidad resiliente y enfocada en la solución es lo que permite no solo sobrevivir, sino prosperar.
Enfrentar el miedo: ‘’Hoy me volvería a subir a ese avión"
Por último, Páez profundizó en el valor de enfrentar el miedo. Compartió cómo, en medio de la incertidumbre y el miedo constante, el grupo aprendió a gestionarlo y a actuar a pesar de él. "El miedo paraliza, pero también es el motor que nos impulsa a tomar decisiones valientes. Hoy me volvería a subir a ese avión", reveló con firmeza, dejando claro que el miedo, si se utiliza correctamente, puede ser una herramienta para crecer.
En el ámbito empresarial, los grandes líderes son aquellos que no temen al fracaso, sino que lo utilizan como una oportunidad para innovar y evolucionar. Esta perspectiva sobre el miedo resonó profundamente entre los asistentes, muchos de los cuales se enfrentan a decisiones difíciles en sus propias organizaciones.
La charla de Carlos Páez en el "People Day by Buk" en Lima fue mucho más que un relato de supervivencia. Fue una lección de vida, de liderazgo y de resiliencia ante la adversidad. Al final, Páez dejó a la audiencia con una poderosa reflexión: "Todos tenemos un Andes en nuestras vidas", invitando a los presentes a encontrar la fuerza interna para enfrentar sus propios desafíos, sean cuales sean.
Los aplausos al finalizar no solo fueron un reconocimiento a su historia, sino a las profundas lecciones que compartió, aplicables tanto en el ámbito personal como profesional.
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