El 26 de agosto se conmemora el Día del Adulto Mayor. Y la entrevistada expone la problemática del caso peruano.
¿Cómo es el trato al adulto mayor en el Perú?
Las cifras en todo el mundo indican que son las mujeres quienes mayormente terminan cuidando en casa al padre, a la madre, a los suegros, a los abuelos o a los tíos. Un rol que ellas asumen porque nadie más en la familia lo quiere asumir.
Esto genera una carga extra, económica y emocional.
Las mujeres avanzan y aprenden en el camino de acuerdo a su capacidad, habilidad y sensibilidad. Han asumido un rol para el cual no están necesariamente preparadas. Y no solo es el tema económico y de conocimientos, sino, sobre todo, la parte emocional. Esta realidad genera en muchos casos que surjan sentimientos de frustración en los familiares que ocupan el rol de cuidadores. Ello sucede por la falta de herramientas para enfrentar una tarea tan compleja. Encima, el adulto mayor se suele dar cuenta de lo que sucede y muchas veces se siente como una carga para el cuidador. Esto se suma a los comprensibles sentimientos de soledad, lo cual agudiza el desarrollo del deterioro cognitivo y la depresión.
El cuidado del adulto mayor se asume como parte del trabajo doméstico.
De acuerdo a las cifras oficiales del INEI, el 39.6% de los hogares en el Perú tiene al menos una persona mayor de 60 años. Y esas mismas cifras revelan que el trabajo doméstico no remunerado contempla la atención de adultos mayores a cargo de mujeres. El 82% de mujeres asume ese trabajo doméstico no remunerado, lo que implica un aproximado de 27 horas de trabajo adicionales a la semana en comparación con los hombres.
Hay más de 4.5 millones de adultos mayores en el Perú. Del total de hogares, el 27.7% tiene como jefe a un adulto mayor. Y el 23% de ellos son unipersonales. Viven solos.
Los adultos mayores se perciben como una carga, tanto para sus familiares como para la sociedad. Esto debido al poco o casi nulo aporte que generan, comparado con los gastos que pueden representar. Esto muy a pesar de que muchos de ellos aportan con sus pensiones y son jefes de familia, como dices. Y que muchos encima tienen casa propia, lo que los expone a aprovechamientos de familiares inescrupulosos. Esta visión de los adultos mayores como una carga repercute en sus relaciones afectivas, tanto a nivel personal como social.
Hay denuncias de adultos mayores abandonados o nietos que roban sus casas.
Según cifras oficiales, más de 1,500 adultos mayores fueron abandonados en 2023. Hay albergues y entidades estatales que ayudan en eso. Pero no tienen la capacidad real. Un escándalo, realmente. Y es mucho peor en provincias.
La pandemia golpeó mucho a los adultos mayores. Algunos siguen aislados.
Muchos continúan aislados de sus familiares. Por miedo, desinterés o recursos. Tampoco han recuperado su salud mental. Las mascotas ayudaron durante la pandemia. Y siguen siendo un ‘paliativo’ para la salud mental. Pero el problema persiste. Recuerda la ‘rebelión de las canas’, que reclamaron por los derechos de los adultos mayores durante el COVID-19.
La esperanza de vida en Perú aumentó a 75.5 años. Y la tasa de natalidad disminuye.
La pirámide poblacional ya va tomando forma de rombo. Es un fenómeno mundial. No solo viene sucediendo en Japón y en Europa, donde el promedio de edad es mayor. En el Perú también está ocurriendo progresivamente. Y no estamos preparados para eso.
Los adultos mayores representan el 13.7% de los peruanos. 8 puntos más que en 1950. Para 2050 serán 25%.
La cifra se duplicará para entonces. Y antes de 2070 será un tercio de la población. ¿Quién los escucha? ¿Cómo se atienden sus demandas? ¿Nuestro sistema de salud y de pensiones está preparado para lidiar con eso? ¿Nuestra sociedad? Evidentemente no.
Y, encima, el Congreso ha aprobado leyes populistas, como el retiro de las CTS y las AFP. Dilapidan el futuro.
Dar plata ahora y patear el problema para después. Gobiernan para dar plata en mano y ganarse el aplauso inmediato. Pero no piensan en el futuro de esos aportantes y trabajadores. Es todo lo contrario a lo que debería hacer un Estado, que es pensar en el mediano y largo plazo.
¿Qué ventajas y desventajas tienen las casas de reposo y las agencias de enfermeras?
Siempre hay pros y contras, como en todo. La desventaja de las casas de reposo es que los adultos mayores pierden el vínculo social y familiar, abandonando su casa para enfrentarse a una realidad diferente que la mayoría no está dispuesto a asumir. En las agencias, el problema es que solo ofrecen selección de personal, trasladándoles la responsabilidad laboral y legal a las familias, quienes muchas veces están expuestas a posibles denuncias laborales por contrataciones informales. Otro problema es el personal sin conocimiento técnico. Ante una emergencia, su ayuda no genera real valor ni calidad de vida.
¿Cómo combinar el conocimiento de la atención profesional con el calor y la conexión de hogar?
Con asistentes geriátricas, licenciadas en enfermería y técnicos con experiencia. Es decir, con profesionales entrenados, contratados formalmente e implementando un plan de acción personalizado, enfocado en brindar bienestar y calidad de vida. Siempre a través de actividades que contribuyan a mejorar la salud mental y física del adulto mayor.
AUTOFICHA
“Tengo más de 20 años en el sector salud. Heredé la vocación de mi padre. Esto me ha permitido ver de cerca las necesidades y desafíos del tema. Las soluciones tradicionales a menudo no cumplen con los estándares necesarios. Mi propuesta integral está en t-cuido.pe”.
“T-Cuido se especializa en el cuidado y acompañamiento del adulto mayor. Nos enfocamos en el cuidado integral y personalizado para el bienestar del ser querido y la tranquilidad de la familia. Apostamos por la cultura de envejecimiento en casa con la mejor calidad de vida”.
“Según la OMS, el lugar donde se envejece impacta sobre la salud. Hacerlo en el hogar aumenta los niveles de confianza, independencia y autonomía. Por eso tratamos a cada adulto mayor de acuerdo a sus necesidades, nivel de dependencia y complejidad. Transformar la experiencia del cuidado”.
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