El dilema del retorno a las clases presenciales

Especialista señala que la socialización paulatina será clave en este proceso de reinserción educativa.

Después de dos años, los estudiantes volverán a sentir el olor de las aulas, tocar la infraestructura escolar e iniciar o reanudar el proceso de socialización con sus compañeros. (Foto GEC Archivo)

Fecha de publicación: 12/03/2022 – 12:30

El próximo lunes 14 de marzo, millones de escolares retornarán a la enseñanza presencial en las escuelas públicas. Las privadas ya lo vienen haciendo desde el 1 de marzo. Después de dos años, los estudiantes volverán a sentir el olor de las aulas, tocar la infraestructura escolar e iniciar o reanudar el proceso de socialización con sus compañeros.

Muchos se verán por primera vez, por lo que la expectativa y las pautas de conducta en cada uno de ellos serán una experiencia a observar. ¿Cómo reaccionarán? Tal vez con alegría, ansiedad o cautela.

“La diferencia de personalidad se podría acentuar debido a la poca socialización; sin embargo, las medidas al comenzar la socialización paulatinamente ayuda a que este proceso no sea tan intenso”, señala Rolando Castro Torres, psicólogo del Centro de Salud Mental Psicovive, con maestría en Psicología Clínica con mención en Neuropsicología.

PROMOVER TALLERES

El especialista plantea promover talleres de regulación emocional y de habilidades sociales. Considera que el regreso a un centro escolar es un paso muy importante para los menores de edad y para muchos hasta se presenta como desconocido tras haber experimentado por casi dos años solo las clases virtuales.

“El entusiasmo y la impulsividad pueden provocar que se ignoren las medidas de bioseguridad, y, por otro lado, las diferencias familiares respecto a este tema se incrementan. Es necesario desarrollar habilidades de regulación emocional, así como las habilidades sociales por la reducción de la interacción”, subraya.

¿Es posible regular los impulsos en los niños? “Sí, es posible regular impulsos; sin embargo, todo esto va muy relacionado a que las pautas de crianza o conducta sean efectivas y similares en casa y en el colegio. Por otro lado, la edad también interviene en esta regulación, habiendo mayor concentración según sea mayor la edad del niño”, precisa.

También alienta los talleres de estimulación y reducción de uso de pantallas. Para nadie es un secreto que en los últimos años se ha producido una sobreestimulación visual provocando diversos niveles de concentración en los niños, que están más acostumbrados a sumergirse horas en los celulares, tablets y televisores de última generación.

“Esta sobreestimulación se puede atenuar disminuyendo el nivel de contacto con celulares, televisores, tablets y laptops a solo una hora al día y en compañía de un adulto”, señala.

¿Cómo deberían actuar los padres de familia en este escenario? “La recomendación sería que, al usar aparatos tecnológicos en clases, sería bueno que también haya una interacción social. Además, hay que realizar ejercicios de estimulación para la atención visual que no involucren pantallas”, precisa.

“Es posible realizar estos talleres en los colegios públicos. En alguna ocasión, nuestro centro Psicovive fue invitado a realizar estos talleres con 6 a 8 alumnos que significó un gran aporte. A menor edad, el taller de entrenamiento tiene que ser más dinámico”, señala.

A VENCER LA TIMIDEZ

En este marco del retorno presencial hay un detalle a tomar en cuenta: la timidez. “Es necesario validar mucho la personalidad de cada menor. Nadie tiene el deber de ser alguien ‘sociable’, sino a tener interacción social para resolver conflictos, mantener relaciones sociales y afectivas”, sostiene.

“Los padres tienen que enfocar estas metas de socialización para que no parezca algo que ‘debe’ hacerse. Por último, escuchar la opinión del menor, más que ‘corregirlo’ a cada momento, es algo que ayudará a la familia”, sentencia.

La pandemia del COVID-19 impactó en la economía familiar (muchos padres perdieron su empleo) y en algunos casos motivó, si no la deserción, al cambio de plantel de los menores. Ello conlleva un proceso de socialización con diversas características: nuevo colegio, nuevos amigos, profesores.

“Naturalmente, estos cambios sí van a generar un impacto en la adaptación de los menores, ya que aun si no hay un traslado de colegio, la crianza de cada niño y sus diferencias serán más notorias en este proceso de retorno a la presencialidad. Así que definitivamente un cambio de colegio incrementará el impacto en la sociabilización”, puntualiza el especialista.

Torres considera fundamental que cada centro educativo cuente con un psicólogo. “La salud mental muchas veces presenta malestares que, de ser evaluados y tratados a tiempo, no deberían pasar a ser un desorden psicológico. Lo mismo ocurre en el caso de la crianza positiva”, finaliza.

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