Pistas sin despegue

"Es hora ya de que el Gobierno encare el tema y haga un planteamiento que, más allá de mejorar el servicio, fortalezca también uno de los activos más valiosos de nuestra economía: el turismo".

Actualización 22/04/2025 – 5:33

¿Cuántos casos más de aeropuertos regionales controlados por Corpac tendrán que declararse en riesgo de colapso para que estos señores tomen una decisión y pongan manos a la obra?

La aerolínea Sky acaba de anunciar la suspensión indefinida de sus vuelos desde y hacia el Aeropuerto de Jauja, dejando a la región Junín sin transporte aéreo de pasajeros. ¿El motivo? El deterioro de la pista de aterrizaje y la falta de mantenimiento, es decir, condiciones tremendamente inseguras para operar.

Hace poco, el empresario Juan Stoessel narraba también en su columna de Perú21 la calamitosa situación en que se encuentra el aeropuerto Velasco Astete del Cusco. “La sala de espera no tiene asientos suficientes, los baños son un desastre, hay mangas que no funcionan, hubo problemas con las máquinas de rayos X, con el estacionamiento… Una infraestructura en decadencia con servicios seriamente degradados”. Y eso, considerando —continúa Stoessel— que “el total de turistas extranjeros que recibimos en un año, 85% pasan por ese terminal. Y no pensemos solo en el receptivo; Cusco es supersolicitado por turistas nacionales”.

Y ni qué decir del nuevo Jorge Chávez, cuya fecha de inauguración continúa en la nebulosa, gracias, otra vez, a la incompetencia del Estado para cumplir con servicios y condiciones mínimas para operar. Ello, con el consiguiente perjuicio para los concesionarios privados que, estando ya casi 100% listos para abrir, se ven obligados a acatar, quién sabe hasta cuándo, las sucesivas postergaciones dispuestas por las autoridades.

Episodios como estos vuelven a disparar los cuestionamientos sobre la pertinencia de que aeropuertos regionales estratégicos sigan siendo operados por Corpac. Una empresa estatal que, agobiada por sindicatos que no se han caracterizado nunca por su eficiencia, parecen ir de tumbo en tumbo. Y en un rubro en el que la vida de los usuarios puede quedar en juego al más mínimo error.

Es hora ya de que el Gobierno encare el tema y haga un planteamiento que, más allá de mejorar el servicio, fortalezca también uno de los activos más valiosos de nuestra economía: el turismo. Como en el caso de Petroperú, tratándose de otro sector claro está, el Estado peruano ha demostrado largamente su incapacidad para administrar los terminales aéreos del país. Los 18 aeropuertos concesionados en distintos puntos del territorio nacional, que funcionan fluidamente —sin los sobresaltos y precariedades de aquellos que Corpac mantiene a su cargo— señalan el camino con claridad meridiana.

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