Desde el punto de vista corporativo, los eventos de fin de año ponen a prueba la creatividad e innovación de los encargados de esta organización. El gran temor es que, pese a tener la mejor intención, las actividades no tengan el efecto esperado.
Se sugiere que el área responsable conozca de cerca los gustos de sus colaboradores. Si son jóvenes querrán tal vez fiestas bailables. Si son algo mayores querrán reuniones con los hijos, etc. Los líderes formales o informales pueden dar información valiosa de cómo dar en el clavo.
En cualquier actividad, grande o pequeña, no deben quedar de lado los siguientes aspectos:
-Propiciar un espacio de auténtica confraternidad, camaradería e integración.-Transmitir mensajes de confianza y tranquilidad (sobre todo cuando se está pasando por una etapa de cambios).-Renovar el compromiso que tiene la organización con los colaboradores y viceversa.
