Siete días de detención preliminar ha dictado el Poder Judicial para Juan Carlos Peralta Chancas, de 18 años. Durante este tiempo, este sujeto permanecerá en la sede de la División de Investigación de Homicidios de la Dirincri, unidad policial que lo investiga por ser el principal sospechoso de la violación de su propia hija, de tan solo 11 meses. Producto de este hecho, la pequeña murió, la tarde del pasado 2 de julio, en el hospital Hipólito Unanue, en El Agustino.
El Informe Social N.° 0102-2023 practicado a Peralta Chancas —remitido por el Equipo Multidisciplinario del Módulo Especializado de Familia de San Juan de Lurigancho— revela que el investigado procede de una familia disfuncional. Además, precisa que tuvo ausencia de la figura paterna y de normas. Asimismo, señala que participó en actos de pandillaje.
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Pero no serían sus únicos antecedentes. La abuela materna de la víctima ha declarado que su nieta nació como producto de una violación. Esta se habría producido cuanto su hija tenía 14 años (actualmente tiene 15). “Cuando ella da a luz, la Fiscalía actúa. Entonces, (esta institución) declara (que hubo) violación sexual a menor de edad. Ahí nace mi nieta. Quería criarla yo sola, sin el apellido de esa lacra”, afirmó, en medio de un inconsolable llanto, en la sede de la Dirincri.
En tanto, en sus primeras declaraciones a los agentes de la Policía Nacional, Peralta Chancas ha negado todos los cargos. Según el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Investigación de homicidio de la Dirincri, se espera que le den cadena perpetua: “No puede estar un segundo más en la calle, necesita resocialización y cadena perpetua de por vida”, aseveró.
EJERCICIO DEL PODER
El médico psiquiatra Carlos Bromley, dijo que sí hay casos de padres que violan a sus hijos. “Estamos hablando de personas que no tienen consideración por la vida humana. Perciben al resto de personas en la perspectiva de que le sean útiles para sus beneficios personales. Son fríos, son calculadores”, expresó.
Refirió que el tema de la violación sexual tiene muchas aristas. “En una sociedad machista, la violación suele ser fundamentalmente una forma de ejercicio de poder, de hombre contra mujer, contra seres indefensos, en la cual reforzamos nuestro ego cosificando a las personas y tratándolas como objetos”, dijo a Perú21.
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