Mientras la noticia sobre temas de minería está centrada en lo de Pataz, no se informa de la situación que se está viviendo en el corredor minero en el sur del país, que se encuentra bloqueado desde hace 20 días en Chalhuahuacho, por una controversia entre la comunidad campesina de Fuerabamba y la empresa minera Las Bambas; los comuneros han bloqueado el acceso a las instalaciones de la minera en el sector de Manantiales, donde se ha cerrado la vía de acceso y se restringen el libre tránsito.
El problema es bastante serio, porque no se ve visos de solución, al contrario, se ha llegado a niveles de confrontación entre la seguridad privada de la empresa, la policía y los comuneros de Fuerabamba. Esto sucedió la semana pasada, siendo el viernes 16 de mayo, cuando se exacerbaron los ánimos y se llegó a enfrentamientos y bombas lacrimógenas, que al final afectaron a los estudiantes que justo salían del colegio secundario CEMA Chalhuahuacho y los niños de la escuela primaria Ricardo Vivanco, que se encontraban en ese momento en actividades deportivas en el estadio colindante. Varios niños entre ocho y diez años resultaron afectados por la exposición al gas lacrimógeno.
La controversia es en torno a un terreno en disputa con la empresa minera y la comunidad campesina de Fuerabamba, en el sector Tamboccasa, colindante con la comunidad campesina de Chuicuni, de unas 40 hectáreas de superficie, que actualmente está en posesión de la empresa Las Bambas y la familia Cruz Portocarrero. Este es reclamado por la comunidad campesina de Fuerabamba, la comunidad que entre 2014 y 2015 llegó a un acuerdo con Las Bambas para hacer permuta de sus terrenos comunales donde actualmente se encuentra el tajo Ferrobamba.
La comunidad de Fuerabamba aduce que este sector Tamboccasa son terrenos comunales de la comunidad donde realizaban labores de pastoreo y es una zona de rituales andinos, desde épocas ancestrales y que no fue parte del proceso de permuta. En consecuencia, hoy es la manzana de la discordia que ha bloqueado el Corredor Minero. Este conflicto podría escalar a lo largo del corredor, por los problemas pendientes de atención con Las Bambas y la ausencia del Estado, que una vez más brilla por su ausencia y ha puesto en jaque a la población de la ciudad de Chalhuahuacho. De nada sirvieron las declaratorias de emergencia del Gobierno, porque no entienden los problemas subyacentes y menos les importa el impacto de este conflicto en el país, avisados estamos.