Javier Luna: «Cristo entra entre aplausos y luego, la misma gente, lo mata. ¿Cuántos crucificamos?”

“El limeño es de puertas adentro”, explica Javier Luna, frente a su altar particular. “Aún funciona la idea de los limeños en las iglesias. La gente sigue yendo a San Francisco, aunque esté maltratada, a rezarle a san Judas Tadeo”, cuenta Luna, quien explica el paralelo entre Cristo, el político, y la coyuntura peruana.

 

Fecha de publicación: 20/04/2025 9:32 am
Actualización 20/04/2025 – 12:05

¿Originalmente siempre fueron siete estaciones?

Siempre he sabido de siete, como el sermón de las tres horas, que es un invento peruano. Eso lo hizo acá un cura y ahora se usa en todo el mundo.

 

¿Quién trajo el bacalao?

Nunca lo supe, pero la idea de Cristo se simbolizaba en un pez. Y la idea de toda la vida era que el viernes no se puede comer carne. De chico, en casa, era así. Antes se comía carne todos los días.

 

¿Cuándo comían carne a diario?

Hace 60 años se comía carne a diario. No solo era un tema económico, sino que había abundancia. Y, cuando había invitados, comías pollo o gallina. Ahora se come un montón de cosas. Recuerdo una vez, en mi casa, que llegó mi papá con invitados de improviso, y mi mamá le dijo: “Tienes que pedir comida porque solo hay caucáu. ¿Cómo vamos a invitar caucáu?”. Ahora el caucáu es un lujo.

 

Como dijo, el caucáu es igual en la casa del pobre que en la del rico.

Solo cambia el soporte. Unos lo comen con tenedor y cuchillo, y otros, con cuchara y pan.

 

¿Cómo es esa Semana Santa?

Lo popular me define una Semana Santa perfecta cuando veo la fe en Ayacucho. Me conmueve. La gente de la costa los estamos malogrando cuando van a emborracharse, a juerguearse, a beber y a hacer lo que no hacen en Lima.

 

Allá toman más. ¿Hay frivolización?

Sí, claro. Toman entre ellos, pero saben cómo matar sus pulgas. Y sí, hay frivolización. Lo que Vargas Llosa decía del papel cuché.

 

Vargas Llosa también definió lo ‘huachafo’, un peruanismo.

Pero es insoportable que haya dicho que lo más huachafo que ha visto es la procesión del Señor de los Milagros. Horrible. Dice que la ciudad se amorata, en ‘Le dedico mi silencio’ (2023). Es realmente cruel. Es como cuando acusan al alcalde de flagelarse y ser religioso. ¿Y quién se atreve a acusar de eso a los cargadores del Señor de los Milagros? ¿Sabes lo que pesa esa anda? ¿Sabes cómo te queda el hombro? ¿Quién acusa a las sahumadoras, con el humo que te cae en los ojos?

 

La fe es sacrificio, entrega…

Porque ellas quieren la salud de su hijo, el trabajo para su marido o la felicidad de ella. No lo he defendido, ni lo conocía. Pero eso es absolutamente propio. Cada uno sabe qué hace con su vida.

 

En tiempos de placer inmediato, no se entiende el sacrificio y el silencio. No hay espacio para la fe.

Sí, pues, no hay espacio para la fe. Perdemos. Antes, el Domingo de Ramos, en la iglesia, había una especie de hisopo de metal que sacudías y salía el agua; pero ahora es una rama que echa una catarata. Era carnavales. Un divertimento. No tiene que ver con la Semana Santa. La Semana Santa es una cosa de respeto. El otro día el cura dijo una frase estupenda. Hay que entender que Cristo entra el domingo entre aplausos y vítores, y aleluyas. Y luego el viernes, la misma gente, lo mata. ¿Cuántos crucificamos?

 

La fugacidad del poder en política.

La prensa cómo crucifica… Un periodicazo y se acabó. Y terminas preso, peor que Jesucristo. Es la infamia de terminar en política.

 

Mientras más arriba, la caída es más dura. El sino trágico del poder.

Eso está desde el coliseo romano. Y una cosa terrible es el anonimato en redes sociales. La gente tira la piedra y grita: “Que los crucifiquen”. Tiran la piedra y esconden la mano. ¿Y si perdonaran al buen y al mal ladrón?

 

“RESPETO, SILENCIO: ESO ES SEMANA SANTA”

¿Qué son las siete palabras?

“Aparte de mí este cáliz”. Nada es más fuerte que la responsabilidad. “¿Por qué me has abandonado?”, ¿por qué me has hecho eso a mí? Hoy los niños creen más en Papá Noel que en Cristo. ¿Y cómo van a creer en Cristo si ahora todos los migrantes son malos? Lo mismo que pasa ahora en las guerras santas de oriente.

 

¿Qué recuerda de Semana Santa?

Para mi gusto la Semana Santa es un solo día, ver al Señor de los Temblores aparecer, se abren las puertas de la Catedral del Cusco, toda de piedra. Lo mejor que se ha hecho en el Perú. Los muros incas llevados de Sacsayhuamán. Suena María Angola y aparece este Señor, negro adornado con rojo. Suena el pututu. Respeto, silencio: eso es Semana Santa. Ahí no suena la botella de Inca Kola. No. El Señor entra, se arrodilla toda la gente. No hay carnaval. Serio. Antes todos levantaban la mano. Ahora levantan su celular.

 

Y en el corazón de la Catedral del Cusco está el cuadro La última cena con el cuy como centro de mesa.

Sincretismo. Y los apóstoles tirados en como unos triclinios. Y La última cena del Convento de los Descalzos, por ejemplo, tienen a un san Juan echado casi sobre Jesús, que muchos consideran que es María Magdalena. Se van haciendo sincretismos.

 

¿Y la frase “perdónalos porque no saben lo que hacen”?

Esa frase es tan contundente que cada vez que nos queremos proteger la evocamos. Y es a diario. Basta con ver el Congreso. 

 

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