Diana Sánchez: “En Perú no se cree que una mujer puede tener temple para ser árbitra de fútbol”

Bailarina, porrista, chica reality, empresaria, actriz, árbitra de fútbol, barista, agente inmobiliario y todo lo que se proponga. Así es Diana Sánchez. Perú21 la entrevistó.

Fecha de publicación: 01/02/2025 4:16 am
Actualización 01/02/2025 – 12:00

Es deportista desde los 6 años. Llegó a la televisión seis años después. Y hoy con 37, es empresaria y árbitra de fútbol.  

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En su tránsito por la TV, fue figura en los realitys Combate, Esto es Guerra, El Gran Show y, recientemente, El Gran Chef.

Por lo pronto, ha vuelto a Estados Unidos, al lado de su esposo. ¿Volverá al Perú? Alista unas sorpresas y escucha propuestas. Antes, conversamos con Diana Sánchez.

 

 

¿Cómo así decides ser árbitra de fútbol?

He hecho todos los deportes: gimnasia, básquet, vóley, he estado en la selección de Lima y Perú, atletismo. Pero mi vida fue rotando y girando en muchas cosas y dentro de ello estuvo la danza, que me llevó a ser porrista de Alianza Lima. Y ahí viví un poco la pasión del fútbol.  

¿Por qué te vuelves porrista?

Alianza Lima estaba buscando cambiar la imagen de la porrista que solo podía ser linda y, más bien, incluir el baile. Entonces, convocaron a bailarinas.

 

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Diana Sánchez.

(Fotografía en Bar Celeste Hyatt Centric San Isidro).

 

Entonces, ¿cómo llega el arbitraje?

En Nueva York mi esposo es árbitro de fútbol, de básquet, está supermetido en todo lo que es deporte. Él es profesor de deportes. Y me dijo que sea árbitro, de paso para estar tiempo juntos. Y así me certifiqué en el estado de Nueva York. Fui la única mujer en esa certificación. Comencé a hacer partidos para ligas más pequeñas, empecé con los niños.

En todo caso, tienes el carácter que en teoría se necesita para ser árbitra.

Sí, considero que soy una mujer fuerte. Empecé con los niños, pero luego ya hice arbitraje con adolescentes y ahí tienes al público, la hinchada, a los padres, a los coach, que son más intensos y ahí tienes que saber controlarlos. Tienes que ser firme, porque ellos lo sienten.  

Se huele el miedo.

Y la inseguridad. Eso se acaba cuando transmites confianza acompañada de conocimiento.

Y eso te ha servido para todo.

Desde muy chiquita soy segura con lo que quiero, con lo que me gusta y con lo que no, con lo que permito. Chiquitita, pero brava (risas).  

¿Se gana bien como árbitra de fútbol?

Sí pagan bien. Se pueden hacer varios partidos en un día. Pero yo intentaba tener hasta tres partidos a la semana, porque también hago otras cosas paralelas. También soy agente inmobiliario en Nueva York, certificada; entonces, me encargo de ventas, compras, alquileres de propiedades, tierras, locales. Mi esposo también tiene esa certificación.  

 

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Diana Sánchez.

 

¿Qué más haces?

(Sonríe). Soy barista. Cerca de mi casa encontré un café maravilloso y me he vuelto cafetera total. Nueva York es una ciudad que te permite hacer todo y de todo, y tienes que mantenerte activo y moviéndote. Entendí la ciudad. Por eso es la ciudad que nunca duerme. Y también soy bailarina y modelo. Siempre es bueno cultivar más información y probar. Y el peruano lo tiene, acá vendemos hasta piedras. El peruano es creativo a morir.

¿Y no llevaste a EE.UU. la barbería que tenías acá?

Antes de irme para Nueva York vendí todo. Tenía mi tienda de ropa, un spa y una barbería (tres en Lima y una en provincia). Pero me enamoré y pasé por unas experiencias que dije “es un buen momento de salir”. Había trabajado mucho tiempo en televisión, me iba muy bien. Pero pasé por cosas de asaltos, me seguían, me ponían pistola, me robaron muchas veces y entré en un estado de ansiedad muy malo, con tratamiento; entonces, necesitaba alejarme. Y justo me enamoré y dije “vámonos, yo puedo donde sea” y me fui.  

¿A qué extremo llegó el tema de la inseguridad?

Me han puesto pistola cuatro veces. Me han querido llevar, me han tirado huevos en la ventana, me seguían saliendo de mis tiendas. Fue hace unos ocho años. Me afectó físicamente, porque comencé a enfermarme.  

Se dice que también te mudas a Nueva York porque tu esposo se enfermó con leucemia.

Tenemos más de seis años juntos y tres años de casados. Hace poco más de tres años yo ya vivía con él en Nueva York. Vine a visitar a mi familia a Perú y me ofrecieron estar en El Gran Show. Yo no quería, pero él me insistió, porque sabía que yo extrañaba la danza y estar en televisión. Me quedé, pasaron las semanas y, de un momento a otro, mi esposo comienza a sentirse enfermo. Se puso muy mal y le diagnosticaron leucemia. Perdió 20 kilos en una semana.

¿Está mejor?

Mucho mejor. Entró al mejor hospital del mundo en Nueva York, especialista en cáncer. Su doctor le salvó la vida. Al parecer, es algo crónico que lo acompañará siempre. Pero le hacen seguimiento cada cierta de tiempo. 

 

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Diana Sánchez.

 

 

Estabas en Perú y te iba superbién. Pero llega el tema de la inseguridad. Te vas a EE.UU. y aparece la enfermedad de tu esposo. ¿No piensas en “por qué me pasan estas cosas a mí”?

Para nada. Mi esposo me ha llegado como un ángel caído del cielo. Desde que estoy con él, siento que soy mejor persona, me ayudó mucho a crecer como ser humano, entiendo mejor la vida. Ha llegado a mi vida en el momento exacto. Soy otra persona desde que estoy con él.

¿Cómo eras antes y cómo eres ahora?

Tengo una empatía que no tenía. Entiendo más a la gente. Soy más paciente. Es una persona muy inteligente, eso me conquistó de él. Yo le digo “eres muy churro y muy nerd”. Todo pasa por algo y es para mejorar.

¿Ser árbitra de fútbol cómo ha sumado en tu vida?

A no tener miedo. Juzgarte te encasilla.

¿Te has cuestionado mucho?

Amo el Perú, pero somos machistas. Y, por ejemplo, sé que eso de arbitrar acá es complicado. En Perú no se cree que una mujer puede tener temple para ser árbitro de fútbol.

¿Te tocó enfrentar el estereotipo de chica reality o modelo?

Las personas que tenemos una personalidad más trasgresora o fuerte debemos tratar de romper esas barreras para que otras personas tengan oportunidades. Trabajo en televisión desde los 12 años y venía siguiendo un sueño: demostrar lo que me gusta, que es el baile, el entretenimiento, la danza, la actuación, la animación. Pero me fui dando cuenta de que la televisión no era necesariamente eso, que las personas que pertenecen a ese medio no todas son talentosas, a muchas de ellas incluso las levantan en su imagen a través de cosas negativas, y ahí es cuando me comencé a enemistar un poco con la tele. Si tenemos la fuerza, hay que romper estigmas. Perú era un país que en tele no salía el trigueño, el negro, pero salía el rubio y ojos azules en primera fila y al fondo, todos los marrones (risas). No nos damos cuenta lo lindo que es nuestro país, somos muy diversos, hay que abrazarnos, hay que querernos, hay que entendernos. 

 

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Diana Sánchez.

 

Autoficha:

 

-“Soy Diana María Sánchez Palomino. Tengo 37 años. Nací en Lima. Me certifiqué como instructora de deportes y estudié Ciencias de la Comunicación, Marketing y Publicidad. Llegué al básquet profesional. En el colegio estuve becada por el deporte”.

-“En televisión empecé a los 12 años en R con Erre de Raúl Romero: había un concurso de baile de niños y yo iba a los casting. He bailado toda mi vida, desde los 18 años ya hacía shows infantiles, bailé con todos los reguetoneros, como Tego Calderón”.

-“Me hice conocida en Combate. Antes trabajé con Ernesto Pimentel. También estuve en Esto es Guerra, El Gran Show, Reyes del Playback, en la telenovela Colorina, bailé para Julio Zavala. Alisto un stand up de comedia en Perú, será por mayo”.

 

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