Las necesidades durante la pandemia fueron muchas. ¿Cuál fue la prioridad de Fundación Romero?
Establecimos tres ejes clave de acción para brindar una respuesta efectiva ante la crisis: salud, asistencia a familias vulnerables y educación. En el eje de salud y seguridad, nos enfocamos en proteger tanto a la población como al personal médico en primera línea. Además, coordinamos evacuaciones aeromédicas para trasladar a profesionales de la salud contagiados con COVID-19 a Lima, garantizando su atención oportuna.
Asistimos a familias en alta vulnerabilidad participando activamente en la iniciativa #YoMeSumo. También distribuimos alimentos y productos de primera necesidad. Nuestro trabajo abarcó todo el país, con un enfoque especial en las zonas más afectadas por la pandemia, asegurando que la ayuda llegara donde más se necesitaba.
Desde el sector privado, el Grupo Romero destacó por sus esfuerzos en esta emergencia. ¿Se tienen datos puntuales de lo que este apoyo significó para el Perú?
El compromiso del Grupo Romero y la Fundación Romero durante la pandemia se tradujo en acciones concretas. Logramos donar más de 4 millones de mascarillas certificadas, más de 1,050 respiradores artificiales, más de 300 mil equipos de protección personal, además de alimentos y equipos de bioseguridad para hospitales y comunidades vulnerables.
¿Cuál fue el papel de la Fundación en la campaña “Detrás de una Mascarilla”?
Esta campaña tuvo como objetivo proteger a la población y generar conciencia sobre la importancia del uso de mascarillas para prevenir contagios. Para garantizar una distribución rápida y accesible a nivel nacional establecimos alianzas estratégicas con los principales medios de comunicación de Lima y diarios regionales. Optamos por esta estrategia porque, en un momento en el que la demanda de mascarillas era altísima y la logística de distribución directa hubiera sido extremadamente compleja, la entrega a través de los diarios permitió que la población accediera a ellas de manera sencilla y masiva en todo el país. Es importante recordar que una mascarilla certificada era un bien escaso y costoso en el mercado, mientras que el precio de un diario era de apenas S/0.70.
Fundación Romero siguió brindando educación de calidad a través de sus cursos online. ¿Cuánto creció esta demanda en pandemia y qué alcance tuvo?
Entendimos que la educación debía ser prioridad en un contexto de incertidumbre laboral y económica. Fuimos la primera plataforma de cursos virtuales en liberar su oferta educativa, ofreciendo cursos de manera gratuita a través de un convenio con el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
En este contexto nació Becas Grupo Romero, nuestro programa de capacitación virtual, con el objetivo de democratizar el acceso a la educación y potenciar el desarrollo de emprendedores y profesionales en todo el país. Desde entonces, el programa ha crecido exponencialmente, ampliando su oferta académica y fortaleciendo su alcance. A la fecha, más de 1.8 millones de personas han accedido a estas becas, recibiendo formación en áreas clave como gestión empresarial, finanzas, marketing digital y habilidades blandas, entre otras.
Becas Grupo Romero ha evolucionado con la incorporación de cursos más especializados, actualizados y con más herramientas digitales, alineados con las demandas del mundo laboral y el ecosistema emprendedor, además de sumar cursos inclusivos en lengua de señas peruana y en lenguas originarias.
Los aprendizajes que dejó el COVID-19 en el mundo fueron muchos. Para ustedes ¿cuál fue la mayor lección?
Quizás la más importante fue entender el poder transformador de la tecnología y la digitalización. Lo que antes parecía limitado por barreras físicas hoy puede llegar a miles de personas a través de la virtualidad. Esta experiencia reafirmó nuestro compromiso con la democratización de la educación y nos impulsó a desarrollar soluciones innovadoras para ampliar el acceso a oportunidades de aprendizaje.
La pandemia nos desafió, pero también nos dio la oportunidad de reinventarnos y evolucionar. Hoy sabemos que el camino hacia un país más preparado y resiliente pasa por la educación y la inclusión digital. Ese aprendizaje seguirá guiando nuestra misión en los próximos años.
