Por: Michael Spoor, CEO de Ocho Sur
Ucayali es una región llena de oportunidades, con un potencial inmenso que en los últimos años ha comenzado a materializarse.
Poco a poco, la región se ha convertido en un epicentro de desarrollo en la Amazonía, impulsado por el esfuerzo de su gente y la colaboración entre el sector público y privado.
Sin embargo, en marzo de 2020, cuando el COVID-19 llegó al Perú, enfrentamos un desafío sin precedentes. La primera pandemia del siglo XXI puso a prueba nuestra capacidad de respuesta en un contexto de serias limitaciones logísticas, de infraestructura y recursos.
Ucayali, como muchas otras regiones del país, tuvo que adaptarse rápidamente para hacer frente a una crisis sanitaria que amenazaba la vida de miles de personas.
En este escenario, la clave estuvo en la unión. El sector público, el privado y las comunidades nativas trabajaron juntos, combinando conocimientos científicos y ancestrales para enfrentar la emergencia.
Desde Ocho Sur, asumimos un rol activo en dos frentes fundamentales: proteger a nuestros trabajadores y apoyar a nuestras comunidades vecinas.
COMPROMISO CON NUESTROS TRABAJADORES
Desde el inicio de la pandemia, en Ocho Sur tuvimos claro: que la salud y la seguridad de nuestros colaboradores eran la prioridad.
Implementamos un programa integral de prevención que incluyó atención médica permanente, entrega de mascarillas, campañas de concientización, protocolos de distanciamiento social, medicinas, oxígeno y acceso a la vacunación.
Gracias a estas medidas y al compromiso de cada uno de nuestros más de 1,800 trabajadores, logramos algo extraordinario: no registramos ni una sola víctima mortal dentro de nuestra empresa y logramos vacunar a 99% de nuestros trabajadores.
APOYO A LA COMUNIDAD: UN ESFUERZO COMPARTIDO
Pero nuestro compromiso no se limitó a nuestras operaciones internas. Sabíamos que la pandemia estaba afectando a toda la región, por lo que establecimos un convenio con la Dirección Regional de Salud (Diresa) de Ucayali para brindar apoyo logístico a las brigadas de salud.
Este trabajo conjunto permitió que las campañas de descarte, vacunación y atención médica llegaran a las comunidades más alejadas.
Este compromiso con la salud no terminó con la pandemia. Solo en 2024, gracias a la colaboración con Diresa y la Micro Red de Salud de Nueva Requena, facilitamos más de 4,900 atenciones médicas en localidades remotas.
LECCIONES Y OPORTUNIDADES PARA EL FUTURO
La crisis del COVID-19 puso en evidencia muchas de las debilidades estructurales de nuestra región, pero también reveló su mayor fortaleza: su gente.
La dedicación del personal de salud, el compromiso de las empresas y la sabiduría ancestral fueron clave para enfrentar la pandemia y salvar miles de vidas.
Ahora, nuestro reto es aún mayor. Debemos aprovechar las lecciones aprendidas para construir un Ucayali más fuerte, sostenible e inclusivo.
En Ocho Sur creemos que el verdadero desarrollo no se mide solo en crecimiento económico, sino en la capacidad de generar bienestar social y cuidar nuestro entorno.
El futuro de la región no está en seguir expandiéndonos a costa del bosque, sino en recuperar los miles de hectáreas degradadas por la tala ilegal, la ganadería y los cultivos ilícitos.
Estos terrenos, hoy improductivos, pueden convertirse en espacios de desarrollo sostenible, generando empleo y oportunidades sin comprometer nuestros recursos naturales.
Si algo nos enseñó la pandemia, es que juntos somos más fuertes. La cooperación entre el sector público y privado es fundamental para enfrentar los desafíos del presente y del futuro.
Desde Ocho Sur, seguimos apostando por un modelo de desarrollo responsable, en el que el progreso económico, la protección ambiental y el bienestar social vayan de la mano.
Es momento de seguir trabajando unidos por el futuro que Ucayali merece.
