A inicios de año, Bad Bunny lanzó su más reciente disco “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” y ocurrió lo de siempre: batió récords y subió rápidamente al número uno. Pero algo diferente también está ocurriendo.
El Conejo Malo se caracteriza por dividir generaciones pues su trap, letras obscenas, arreglos electrónicos y peculiar balbuceo encanta a los púberes, pero deja a los más viejitos sacudiendo la cabeza mientras lamentan que la música ya no es como antes. Pero uno de los muchos trends generados es el de gente joven haciendo escuchar el álbum a sus padres o abuelos para que estos se echen a bailar, sorprendidos por el arrebato.
Esta obra es la más personal de Benito, un homenaje a su tierra y, con mucha congruencia, hecho para y por puertorriqueños. Como pasa con el buen arte, una historia hiper-local se ha transformado en algo universal. Esta dinámica se dio de arranque con la portada: dos sillas de plástico vacías en un jardín. Diversas familias de todos los rincones del mundo reconocieron una versión de sus patios.
Es un ejercicio teñido de nostalgia y añoranza. No es casualidad que la canción que le da nombre al proyecto se haya vuelto en himno para recordar a seres queridos que nos dejaron muy pronto: padres, abuelitas, mascotas y estrellas de fútbol que no supimos apreciar. También ha demostrado ser versátil para que resuene con los que han perdido su barrio, sean palestinos o de Los Ángeles.
“LO QUE LE PASÓ A HAWAii” es una protesta contra la pérdida de autonomía e identidad cultural en Puerto Rico, pero ha sido tomada con especial sentido de urgencia por inmigrantes forzados a dejar su casa (haciendo llorar a incontables venezolanos y cubanos). También ha tocado fibras en aquellos afectados por la gentrificación, en comunidades tan distintas como distantes: Cusco, Sevilla, Yucatán y Venecia, entre otras.
“TURisTA” evoca una relación (quizás con la Kendall Jenner) donde su pareja solo quería ver la parte buena pero también funciona como denuncia al turismo moderno, ese que solo quiere la versión Disney de una localidad y donde cualquier defecto o atisbo de realidad son calificados con una estrella en TripAdvisor.
Benito no se queda solo en la queja, pues en vez de hacer una gira mundial ha anunciado que “se queda en casa” con una serie de conciertos en PR dando prioridad a los residentes. Invita también a los extranjeros a la isla, pero dirigiendo sus dólares a negocios locales. Mientras en Barcelona a los turistas les tiran agua, Bad Bunny demuestra que son bienvenidos (y necesarios) siempre y cuando sean conscientes y respetuosos de las comunidades locales.
El impacto económico y cultural del disco ya es incalculable. Todo indica además que será estudiado y analizado, pero, sobre todo, sentido y vacilado por generaciones. Pues, parafraseando el excelente tema “BAILE INoLVIDABLE”, aprender a querer y aprender a bailar es más importante que nunca.
