El nuevo Perú21 cumple dos años firme en su propósito de defender la libertad, la democracia y los derechos civiles de los ciudadanos. Hace, precisamente, dos años, cuando el Grupo El Comercio decidió cerrar este diario, nos pareció fundamental persistir en defender el periodismo auténtico y junto a un pequeño grupo de peruanos comprometidos con el mismo ideal, lo compramos para persistir y enfocarnos en informar a las élites, entendidas no en su connotación de privilegio sino en la del liderazgo.
Porque, no nos engañemos, son los líderes, las élites, las que se instruyen, las que leen diarios, las que guían a sus colegas, a sus congéneres, a sus vecinos, a sus amigos. Los guían en sus gremios, en sus entornos, en sus oficios, en sus barrios, en sus comunidades. Si esos líderes —que están en la actividad privada y la administración pública— quedaran en manos únicamente de las redes sociales y dejaran de tener acceso a una información veraz, contrastada, verificada, pertinente como la que les ofrece este diario, no tendrían cómo comparar la información contaminada que deliberadamente se propala y publica en la Internet, con la anuencia de los dueños de las maquinarias digitales que incluso anuncian, sin más, que abandonan la verificación de datos.
Pero lo que la prensa comprometida e independiente ofrece va más allá, no se trata solo de información e investigación, está también el acceso a las opiniones de los más preparados, de los que piensan sesuda y serenamente en los problemas del país, los columnistas de este diario seleccionados por el equipo editorial que los convoca porque considera que sus ideas nutren y recrean el intelecto de nuestros lectores y fortalecen la fe y la confianza en el Perú.
Entre tanto aquí estamos para bregar y librar las batallas que nos eligen, aunque a veces parezcan las más difíciles.
Recientemente, Perú21 dio pelea para hacer reaccionar a las instituciones frente a la posibilidad de que un personaje belicista, violento y antidemocrático como Antauro Humala pueda postular a la Presidencia de la República. El odio y la violencia no pueden usar la democracia como instrumento para tomar el poder. Enhorabuena fueron la Fiscalía de la Nación y la Corte Suprema de la República las instituciones que tomaron el reto y nos devolvieron la fe declarando ilegal la postulación de la agrupación política que representaba los postulados del violentista.
Esa ha sido, por ejemplo, una batalla que Perú21 ha librado con tesón y firmeza y por la que se enorgullece. Como se enorgullece de haber dejado en claro, siempre, pese a los calificativos de los desorientados, la filiación senderista del “Bloque Magisterial”, la bancada que inició en Perú Libre, cuyos integrantes fueron parte del Conare – Movadef y que auparon a Pedro Castillo en el frente radical que lo llevó a mal llevar el poder.
Y de haber denunciado a Los Dinámicos del Centro el día que su partido asumía el gobierno. Hoy, gracias a ese trabajo de investigación periodística, la dirigencia de esa agrupación tendrá que enfrentarse a los tribunales.
Hoy mismo el Estado permanece inmóvil frente a la ofensiva de las economías ilegales. Pasmado frente a la forma como utilizan sicarios del narcotráfico para transportar sus mercancías, asaltar las operaciones de la minería legal, asesinar competidores, traficar con niñas a las que prostituye, esclavizar trabajadores a los que intoxica con cianuro y mercurio.
Perú21 está en primera línea librando esta batalla. Cumpliendo con su propósito, sumando a favor de la democracia, el desarrollo sostenible y la libertad.