Se dieron las elecciones, y seguimos en el partidor para definir el futuro del país .
Como bien lo han reseñado notables líderes de la izquierda marxista , en innumerables testimonios. “El socialismo se juega su gran oportunidad en situaciones de crisis y hay que aprovecharlas” (Foro de Sao Paulo, Maduro, Evo, Castro, Iglesias) y, claro, la izquierda se sirve de la desesperanza sembrando odio y desunión, y prende en la gente que cree no tener nada que perder. Cala también en los corruptos que se benefician del caos y en los parásitos que buscan acomodarse para vivir del Estado.
Luego de la desastrosa gestión de Vizcarra y del Partido Morado, pandemia, desempleo y pobreza disparadas, la mesa estaría servida para la izquierda radical si, por ingenuidad, apatía o torpeza , los peruanos libres lo permiten.
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Y, claro, mientras los académicos zurdos concientizan y buscan la causa raíz de nuestros males en el sistema y la desigualdad, los empresarios y el sector privado no hablan claro, hacen mea culpa propia y ajena, cuando la verdad es una: los 10 millones de personas en situación de pobreza , mal nutridos, sin servicios básicos, sin un sistema de salud digno y educación deplorable, sufren por pura ineficiencia del Estado. Burocracia, corrupción y desenfoque. Un Estado centrado en temas estéticos, incapaz de abordar lo esencial, lo importante y lo urgente.
Un gobierno central de gestores ineptos y gobiernos regionales, inoperantes y corruptos, varios de extrema izquierda de las propias canteras de Castillo y de la Vero que hoy se rasgan las vestiduras y se quieren mostrar como alternativa de gobierno cuando su experiencia de gestión ha sido, a gritos, deplorable.
Lea mañana a: Patricia Teullet
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