El ministro del Interior, Avelino Guillen, intentó explicar, sin convencer, el papelón que hizo su sector y la Cancillería al disponer la expulsión de 41 venezolanos que mintieron sobre sus datos personales para ingresar al Perú. Todos tienen antecedentes delictivos, e incluso penales, en su país.
Según explicó Guillén en una conferencia de prensa, su sector realizó todos los procesos correspondientes para que se concrete la salida de los ciudadanos; sin embargo, no recibieron respuesta de Venezuela. Lo que no se entiende es por qué, a pesar de ello, continuaron ayer con el procedimiento de expulsión, ceremonia a la que incluso fue invitado el presidente Pedro Castillo.
“A pesar de las insistentes comunicaciones con Venezuela, no tuvimos respuesta. Inclusive, el presidente trató de comunicarse con Maduro ayer en la mañana. En la tarde habló con él, pero no sabemos el resultado de ese dialogo”, declaró.
La Cancillería se pronunció tras el frustrado operativo y adujo que se “tuvo que reprogramar por razones técnicas”.
Fuentes del sector detallaron a Perú21 que se sabía que en el país llanero “no quieren que se les retorne a esas personas”. “Desde la reunión para ver temas migratorios, ellos no querían hacerse cargo de esos delincuentes; solo quieren que se dé prioridad a los vuelos de ‘retorno a la patria’. De verdad es un papelón”, agregaron.
La cereza del pastel vino después. Guillén informó que, como no tienen antecedentes en Perú, los 41 venezolanos fueron puestos en libertad desde las 11 de la mañana de ayer.
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