[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “Es otro fraude descartar así el fraude”. (Foto de ALEJANDRO PAGNI / AFP)
[OPINIÓN] Aldo Mariátegui: “Es otro fraude descartar así el fraude”. (Foto de ALEJANDRO PAGNI / AFP)

A Renatos Cisneros y otros tontitos se les ha dado por elogiar a Massa por no reclamar fraude y comparan eso con la elección de Castillo en Perú. Son dos situaciones muy distintas, dummies… Allá Milei ganó de forma tan abrumadora que era imposible atribuir su victoria a un fraude.

Más bien y conociendo a los peronistas, no me hubiera sorprendido que sí hubiese habido un fraude a favor de Massa en el caso de que la elección hubiera sido tan cerrada, tipo Keiko y Castillo. Y eso de que no hubo fraude en esa elección no lo descartaría tan absolutamente tampoco.

En las partes remotas de nuestra sierra puedes hacer lo que te dé absolutamente la gana en unas elecciones (más aún si los maestros rurales eran generalmente simpatizantes de Perú Libre), los votos se incineran en el Perú (una estupidez), los observadores internacionales vienen básicamente a huevear y tanto el JNE como la ONPE se negaron rotundamente a colaborar en cualquier investigación (Salas Arenas no despierta la menor confianza).

No porque RMP y los caviares repitan como loros que no hubo fraude y se burlen de los “fraudistas” eso significa necesariamente que la trafa no existió. Eso nunca lo sabremos con certeza al menos de que se hiciese de verdad una investigación meticulosa. Además, la caviarada y la izquierda estaba dispuesta a TODO con tal de que Keiko no gane, así que un fraude con esos márgenes tan pegados no era imposible. Y también en la elección Keiko-PPK tranquilamente pudo pasar algo así. Los antifujimoristas le pudieron haber hecho la gauchada a PPK.

Además, siempre me preguntaré por qué los pepekausas contrataron a Cavassa, ese hábil especialista montesinista… ¡En trafas! ¡No creo eso de que lo fue “para capacitar personeros”! El Perú no es Suiza, sino Macondo. Es conocida la historia de esa heladería que compró las ánforas de la elección de 1939 para usar el metal para sus carritos y las encontró aún llenas: el fraude a favor de Manuel Prado contra José Quesada había sido escandaloso.