[OPINIÓN] Richard Arce: “Reconstruir confianza en Davos”

La reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, ha convocado a los principales líderes políticos mundiales, presidentes, ministros de Hacienda y primeros ministros, para discutir el desarrollo económico mundial y la consolidación de la apertura de los mercados mundiales entre públicos y privados. Todos, bajo el eslogan de “Reconstruir la confianza”, se reúnen esta semana, como todos los años en enero. Recordemos también que participarán líderes empresariales, culturales y sociales.

Al ser un foro de exposición de posiciones políticas, es una oportunidad para figurar en el radar de los principales medios de comunicación que van a estar atentos a las opiniones de los líderes mundiales, que, más allá del tema económico, aprovecharán para posicionar sus mensajes políticos en temas controversiales.

Uno de los discursos más esperados fue el de Javier Milei, presidente argentino que tiene la tarea difícil de sacar de la profunda crisis económica a su país. Con una hiperinflación y crisis cambiaria que deprecia cada día la moneda argentina. Su discurso fue, como siempre, lleno de clichés y acusando al socialismo de todos los males de la sociedad, como ya nos tiene acostumbrados, olvidándose de la responsabilidad que también tiene el populismo y la demagogia en la agenda económica y que las crisis no son solo patrimonio de las izquierdas.

En esta reunión anual número 54 se tiene como objetivo restaurar la acción colectiva y reforzar los principios fundamentales de transparencia, consistencia y responsabilidad entre los líderes mundiales, tal como dice el estribillo en todos los banners en Davos, que seguro van a tener en cuenta los cerca de 2,500 participantes.

Lo contradictorio de estos eventos es que para movilizarse han tenido que usar sus jets privados, en desmedro de una de las estrategias en debate, como es la del clima, la naturaleza y energía que busca un consumo de carbono neutro para el año 2050, mientras que se aporta un acceso global a la energía, agua y alimentos; era más fácil para los ejecutivos tomar un vuelo comercial, pero sus investiduras y el boato no se los permite, paradójicamente.

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