“Con relación a la violencia doméstica, el 55% de las mujeres declaró haber sido en algún momento víctima de violencia por parte de su pareja. Este porcentaje es ligeramente mayor en el área urbana que rural”.
“Con relación a la violencia doméstica, el 55% de las mujeres declaró haber sido en algún momento víctima de violencia por parte de su pareja. Este porcentaje es ligeramente mayor en el área urbana que rural”.

En una de tantas decenas de miles de casitas de barro y calamina entre los cerros y sin acceso a agua, vive Magda con sus tres hijos de distintos padres. La mayor de ellos, a los 16 años, ya tiene un bebé. No ha terminado el colegio y comparte un cuarto con su madre (abandonada por los maridos), sus hermanos y su niño. Casi podemos asegurar la repetición del círculo de pobreza en una nueva generación.

Aparecen aquí dos temas relacionados a la situación de la mujer: las posibilidades de planificación familiar mediante uso de métodos modernos y la violencia doméstica. Según la información de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) de 2021, el 57% de las mujeres de 15 a 49 años usa un método moderno de planificación familiar, mientras el 21% usa un método tradicional, estando en primer lugar la abstinencia aun cuando el 45% de las mujeres no sabe cómo utilizarlo; 22% reportó no utilizar ningún método. Estos porcentajes irremediablemente derivan en un número importante de embarazos no deseados.

Con relación a la violencia doméstica, el 55% de las mujeres declaró haber sido en algún momento víctima de violencia por parte de su pareja. Este porcentaje es ligeramente mayor en el área urbana que rural. Sin embargo, esa proporción cambia cuando se divide el tipo de violencia: en el área rural se manifiesta un mayor porcentaje de violencia física o sexual, mientras que en el área urbana la mayor parte es psicológica. La relativamente buena noticia en estas cifras es que en los últimos 12 años se reporta una reducción de la violencia de 77% a 55%.

Con relación a factores que pueden haber influido en este comportamiento de la pareja, el 49% de mujeres reportó haber sido agredida cuando esta estaba bajo los efectos del alcohol o drogas. Esto es más frecuente en las áreas rurales y en sectores de bajo nivel educativo.

Finalmente, en cuanto a los métodos de apoyo, el 44% de las mujeres agredidas recurrió a una persona cercana, el 29% a alguna institución y quienes no pidieron ningún tipo de ayuda lo hicieron porque consideraron que no era necesario, que sentían vergüenza o no sabían adónde ir, o que temían generar un nuevo episodio de violencia o causar problemas al agresor.

Yendo un poco más allá de la data proporcionada directamente por las encuestadas, según información de la Defensoría del Pueblo, durante el año 2022 se tiene noticia de 137 feminicidios y que, del total de 11,524 denuncias de desaparición de mujeres, solo el 48% fue reportado como ubicado.

Aunque nuestra situación no es nada comparable a la que sufren las mujeres en países como Irán, cada hogar que registra violencia es un espacio de riesgo para los integrantes de la familia y hacen que, en el Perú, todavía sea difícil decir “Feliz Día de la Mujer”.

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